La epidemia de gripe AH1N1 que asoló México en abril afectó profundamente a la industria turística de todo el país, pero golpeó de un modo especial a aquellos estados que, como el sureño Oaxaca, viven básicamente del turismo, en este caso gracias a la belleza colonial de la capital estatal y al fuerte componente indígena de la región.
Por ello hoy Oaxaca dedica ahora todos sus esfuerzos a destacar sus virtudes para ensalzar su imagen y recuperar su actividad turística.
"Oaxaca tiene todo, es un estado mágico y ninguno más puede competir en temas de turismo porque somos los primeros". Así de segura se muestra Beatriz Rodríguez, la secretaria de Turismo, al preguntarle por qué los turistas deben elegir este estado situado en el sur de México.
Para ella, su tierra, el quinto estado más grande del país, que ocupa el 4,8% de la superficie total, posee "un encanto diferente, el sabor de provincia que muchos han perdido y que hace que los turistas se enamoren".
Al hablar del mes de abril, cuando estalló la epidemia, Rodríguez recuerda cómo, "después de venir de un crecimiento muy importante" en términos turísticos se toparon de golpe con cancelaciones y ocupaciones hoteleras del 15%.
Las perspectivas de la Secretaría a comienzos de año eran crecer el 2% con respecto a 2008, año en el que visitaron el estado 4,3 millones de viajeros que dejaron una derrama económica de 7.300 millones de pesos mexicanos.
Aunque la situación ya "casi se ha normalizado del todo", la epidemia causó que se vean menos turistas europeos (los terceros en visitar el país después de estadounidenses y canadienses), que se caracterizan por "planear con tiempo sus vacaciones". Por ello sus perspectivas son hoy más modestas y esperan "alcanzar los números de 2008 o incluso mejorar un poco".