El ministro de Asunto Exteriores de Irán, Javad Zarif, y su homólogo de Estados Unidos, John Kerry, iniciaron hoy el último de tres días de negociaciones sobre el programa nuclear iraní, durante las cuales todas las partes han coincidido en que se han registrado avances importantes. Esto después de que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se presentara ante el Congreso estadounidense para argumentar en contra de este acuerdo, el que según expuso, presenta un riesgo para la humanidad.
Ambos responsables de Exteriores se reúnen esta mañana de manera separada a la cita que, por su lado, mantuvieron el secretario de Energía de Estados Unidos, Ernest Moniz, y el director de la Organización de Energía Atómica de Irán, Ali Akbar Salehi.
Las negociaciones bilaterales al más alto nivel entre Irán y Estados Unidos preceden a una reunión que sostendrán mañana a nivel de viceministros los países del llamado G5+1 (EE. UU., Reino Unido, Francia, Rusia y China -los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU-, más Alemania), basándose en los progresos alcanzados entre iraníes y estadounidenses.
Esa reunión tendrá un carácter sobre todo técnico y será igualmente en la ciudad suiza de Montreux.
Desde todos los lados surgieron ayer declaraciones y comentarios positivos sobre las conversaciones entre Irán y EE. UU., sin entrar en detalles sobre las cuestiones en las que se persisten las divergencias.
Los negociadores del G5+1 apuntan a alcanzar un acuerdo marco para fines de este mes, lo que dejaría tres meses para desarrollar el contenido técnico del acuerdo en toda su complejidad.
Ello en vista de que el plazo final que las partes se han impuesto para alcanzar un acuerdo vence a finales de junio.
De manera general, las negociaciones buscan que Irán acepte mantener por diez años el desarrollo de su tecnología nuclear a los niveles a los que se encuentra actualmente, tras hacer aceptado importantes restricciones en un acuerdo provisional al que se llegó hace quince meses.
Desde entonces, todas sus reservas de uranio enriquecido al 20 % han pasado por un proceso para rebajarlo al 5 %, un nivel considerado suficiente para los fines civiles que Irán asegura que tiene su programa nuclear.
Asimismo, Irán ha limitado de manera muy importante el funcionamiento de sus centrífugas.
En el eventual acuerdo deberán figurar garantías de que Irán necesitaría al menos un año desde el momento en el que intentara volver a producir uranio enriquecido (u otro material fisible) y el punto en el que sería capaz de obtenerlo.
Kerry tiene previsto viajar esta tarde desde Suiza a Arabia Saudí, donde participará en una reunión del Consejo de Cooperación del Golfo.
Su objetivo es dar garantías a los países árabes de que el acuerdo que se está negociando es positivo también para ellos.
Ellos temen que el levantamiento de las sanciones económicas internacionales contra Irán -como consecuencia de sus actividades nucleares- le permitiría a su economía recuperarse y ganar más influencia en la región.