El Departamento de Transporte de Estados Unidos anunció que permitirá la introducción progresiva de nuevas tecnologías que permitan la comunicación automática entre vehículos para alertar del peligro de accidentes.

Este primer paso servirá para que los automóviles puedan compartir información entre sí sobre localización y velocidad, de modo que se pueda alertar al conductor sobre el riesgo de una colisión en carretera.

"La tecnología Vehículo-Vehículo (V2V) representa la próxima generación de mejoras en la seguridad automovilística", indicó en un comunicado el secretario de Transporte de EE.UU., Anthony Foxx.

Según el Departamento de Transporte y la Agencia de Seguridad en Carretera (NHTSA), analizando velocidad, proximidad y flujo de vehículos cercanos, esta tecnología será clave para evitar una gran parte de los accidentes en carretera, como los choques traseros, por cambio de carril o en las intersecciones.
En un principio, esta nueva tecnología ayudará a prevenir al conductor, pero no está pensada para tomar el control automáticamente del vehículo, actuando sobre el volante o los frenos.

La NHTSA está considerando ampliar el uso de sensores para la activación de medidas de seguridad automáticas, que podrían poco a poco tomar el control de la conducción.

Este tipo de tecnologías más avanzadas permitirían evitar colisiones sin la intervención del conductor o reducir atascos al imponer velocidades constantes a un grupo de automóviles, creando un flujo estable de vehículos y evitando el ritmo de parada-arranque que afecta tanto al tráfico.

Esta tecnología, además podría ser el paso intermedio entre la conducción tradicional y los vehículos que se conducen solos, que ya prueban con éxito en carreteras de Estados Unidos empresas como Google.

El Departamento de Transporte aseguró que esta tecnología V2V no comprometerá la privacidad del conductor ni permitirá a las autoridades espiar la trayectoria del vehículo, ya que la información enviada entre vehículos es anónima.

El Departamento de Transporte está desarrollando desde 2012 programas de prueba de esta tecnología en carreteras reales y asegura que su eficacia ha quedado demostrada.

"Dentro de unas décadas, seguramente miraremos atrás a este período como uno de los más importantes para la historia de la seguridad en carretera, por aportar una mejora equiparable al cinturón de seguridad, el airbag o el control automático de estabilidad", indicó David Friedman, administración en funciones de la NHTSA.