Estados Unidos exigió a Rusia retirar el convoy con ayuda humanitaria que envió a separatistas en el este de Ucrania sin permiso del Gobierno local, acusándo una flagrante violación de la soberanía y amenazando con aplicarle más sanciones.

Rusia, que desplegó miles de soldados cerca de la frontera, advirtió sobre cualquier intento por detener al convoy, que según sostiene tiene fines humanitarios, pero no aclaró qué acciones preparaba en caso de que las fuerzas gubernamentales ucranianas actuaran.

El consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, dijo que el Gobierno estadounidense planea discutir la situación el viernes con el Consejo de Seguridad de la ONU y que si el convoy no se retiraba, los rusos enfrentarían "costos adicionales".

"Hemos visto  el uso de artillería rusa en Ucrania en los últimos días", dijo Rhodes al ser consultado sobre el comunicado de la alianza atlántica.

Rusia niega apoyar militarmente a los rebeldes, pero Estados Unidos y la Unión Europea ya le han impuesto sanciones económicas y el Gobierno ruso tomó represalias, en el peor enfrentamiento entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, describió el ingreso de los camiones sin el permiso de su gobierno como una "flagrante violación de la ley internacional". Pero un jefe de seguridad ucraniano aseguró que les permitirían avanzar para evitar "provocaciones".

Por otro lado la OTAN dijo también que Rusia se arriesgaba a un mayor aislamiento internacional. Descartó una intervención militar a favor de Ucrania, que no es miembro de la alianza, y Europa se ha mostrado reticente a aumentar las sanciones debido a los vínculos comerciales y su necesidad del gas ruso.

Rusia negó haber violado la ley internacional y el Kremlin dijo que el presidente Vladimir Putin le aseguró vía telefónica a la canciller de Alemania, Angela Merkel, que no esperarían más un permiso del Gobierno ucraniano para ayudar a personas en dificultades.