Corría el minuto 90+3' del partido cuando Burnley, a través de un lanzamiento penal, lograba el empate 1-1 en el partido frente a Arsenal. Sin embargo, el árbitro del partido había señalado siete minutos de adición; quedaba tiempo.

Los Gunners no bajaron los brazos y, pese a tener un jugador menos, se las ingeniaron para llegar al área rival.

En uno de esos intentos, en el último minuto, Ashley Barnes le cometió una falta a Laurent Koscielny y el juez no dudó en señalar el punto penal.

En ese instante, Alexis Sánchez tomó la pelota y se preparó a rematar. Tal como en la final de la Copa América 2015 frente a Argentina, el tocopillano picó la pelota y desató los festejos de la hinchada local.