Los Harbaugh han sido la historia que marcó la semana previa al Super Bowl XLVII, al punto que el partido ha sido bautizado como el "HarBowl". Y no sólo por Jim, el entrenador de los 49ers y John, el coach de los Ravens, ambos equipos finalistas de la NFL. También logró gran notoriedad Jack, el padre de ambos, inspiración y el modelo como técnico. Y por cierto, Jackie, la madre, "competitiva como una maníaca", según la descripción de unos de sus hijos. Pero el desfile familiar no se detuvo ahí: ayer por la mañana, en la inédita conferencia de prensa conjunta de los entrenadores, también subió al escenario Joe, el abuelo materno y fue muy mencionado Jay, el hijo de Jim, que trabaja como técnico para John en los Ravens, con el objetivo de derrotar este domingo a su padre.
Para comenzar a desenredar la madeja de los "J" Harbaugh hay que partir por aclarar la similitud en los nombres es sólo falta de originalidad, nada especial, según reconoce la madre.
A la historia, entonces: el jefe del clan es Jack Harbaugh, jugador de fútbol americano sin grandes logros, pero de amplio recorrido como entrenador a nivel universitario. En una de esas estaciones, en la Universidad de Western Michigan, contrató a su hijo John, por esos días sin trabajo y de apenas 22 años, en su staff técnico. Ahí comenzó la carrera ascendente del mayor de los hermanos, hasta que el 2008 firmó como el coach principal de los Baltimore Ravens, pese a que nunca antes había estado a la cabeza de un equipo. Lo que parecía un apuesta arriesgada se convirtió en un gran acierto, ya que en estas cinco temporadas los "Cuervos" siempre han clasificado a los playoffs.
El recorrido de Jim fue muy distinto al de su padre y hermano. Por muchos años, él era el famoso y único conocido de la familia: era mariscal de campo, nada menos, y jugó por la reputada Universidad de Michigan. Luego fue seleccionado por los Bears en el Draft de la NFL, tuvo una campaña de altos y bajos con el equipo de Chicago, le fue bien en los Colts, estuvo un año con los Ravens y terminó su carrera en San Diego. No fue un jugador brillante, pero destacó en más de una temporada.
Sin embargo, como entrenador Jim Harbaugh ha dado mucho más que hablar todavía. Por ejemplo, revivió el programa de fútbol americano de la Universidad de Stanford, con quienes logró el Orange Bowl, uno de los tazones universitarios más tradicionales. Gracias a eso, en 2011 saltó a la NFL para hacerse cargo de los San Francisco 49ers: en su primera temporada llegó a la final de la Conferencia Nacional y en esta ganó el título de la NFC, gracias al cual mañana jugará por el Super Bowl contra los Ravens y John Harbaugh, campeones de la Conferencia Americana.
En un hecho histórico para la NFL, estos hermanos se enfrentaron el año pasado durante la temporada regular, con triunfo para Baltimore. El duelo entre ambos, al ser una definición de campeonato, marcará un hecho inédito, no sólo para el fútbol americano, si no también para cualquier deporte en Estados Unidos.