"Un sueño de toda la vida". Con esas palabras, Esteban Bustos comentaba su clasificación a los Juegos Olímpicos, tras conseguir la medalla de bronce en Guadalajara 2011. Y es que los pasajes a Londres eran sorpresivos, no por su rendimiento, sino por su corta edad, sobre todo en una disciplina dominada por atletas de más experiencia.
Los sacrificios no fueron pocos: Esteban se rompió el tendón de Aquiles y luego decidió postergar los estudios de ingeniería para preparase con todo para los Panamericanos y conseguir la clasificación. Contó, además, con el apoyo de su hermano Cristián, quien estuvo en el Pentatlón moderno en Beijing 2008.
"Dejé los estudios de lado y me fui a preparar a Estados Unidos. Fue una decisión difícil, pero correcta, pues lo único que quería era llegar a Londres y lo conseguí", comenta.