Sólo falta el visto bueno del Ministerio de Hacienda para que los proyectos de ley que crearán una nueva institucionalidad de protección a la infancia ingresen formalmente al Congreso y se haga realidad la eliminación del Servicio Nacional de Menores (Sename) para que se separen las labores de protección a los niños de aquellas que tienen que ver con la internación de adolescentes infractores de la ley.

Mientras estas iniciativas no inicien su trámite legislativo, seguirán siendo sólo una promesa de un cambio radical en un sistema que para los entendidos colapsó y no está protegiendo a los niños. De eso tiene plena conciencia la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz, quien había anunciado que a más tardar en octubre de este año los proyectos ingresarían al Parlamento. Dos meses después de ese plazo autoimpuesto, aún no existe una fecha en particular, ya que se espera que se vise el presupuesto para ejecutar un cambio que ella define "es histórico".

Sin embargo, los plazos incumplidos no desalientan a Ortiz, pues asegura que "este tema es complejo" y pone como ejemplo que en naciones como Suiza (país que visitó hace algunos días) el cambio en el sistema de garantías demoró décadas.

"Nosotros estamos tranquilos, porque lo que estamos haciendo es un cambio histórico en nuestro país, en la forma de relacionarnos con nuestros niñas, niños y adolescentes. Estamos avanzando en generar ciudadanos, sujetos que son parte de la transformación social del país, que van a exigir este cumplimiento de derechos. Poniendo a todas las instituciones para que puedan responder a ese desafío, entonces hay que considerar que en la historia de este país nunca en tan poco tiempo se ha hecho tanto", dice.

El 2016, la crisis del Sename fue uno de los debates más importantes. Vulneraciones y muertes al interior de recintos de esta institución están en la mira de todos, incluso de la justicia. En espera de estos proyectos, qué respuesta hoy se les da a los niños vulnerados...

Pretendemos en cuatro años realizar un cambio histórico. Estamos dejando las bases para que se produzca el cambio de pasar de sujetos que son vistos de manera asistencial, a sujetos que son vistos con derechos. Estamos dejando la primera piedra, la primera estructura, los cimientos de una nueva mirada para entender cómo es la relación del Estado con los niños. Cuando hablo del Estado te estoy hablando de las instituciones, de la familia, de todo.

En lo inmediato, en espera de la nueva institucionalidad, hay niños que están siendo vulnerados... ¿Qué se hace?

Aquí hay una opinión desde la Presidenta Michelle Bachelet, que la ha dado en varias ocasiones, de hacernos parte y asumir la responsabilidad que esto implica. Es algo terrible que haya un niño muerto u 800 niños muertos o maltratados o violentados... Nos debiéramos haber preocupado antes, hemos dejado 25 años o más en que a esto no se le dio la importancia que se requiere. Yo creo que eso es lo terrible, que los niños no les importaban a nadie.

¿Porqué cree que pasaba esto?

Porque es una institución tremendamente compleja, y como sociedad, nosotros tampoco nos hemos hecho cargo de los niños y niñas con problemas. Al Sename vienen a parar los niños que tienen más problemas en este país, no sólo de índole económica, sino que son niños no deseados, no queridos, que sus padres tienen situaciones de consumo de drogas y adicción demasiado severas, algunos con enfermedades raras, que han sido abusados y violentados por sus padres o alguien de la familia. La pregunta que nos tenemos que hacer es ¿qué pasa en este país?, ¿por qué tanto niño tiene que ser separado de su familia?, ¿qué está pasando con nuestra sociedad? Hoy, el Sename tiene una directora, Solange Huerta, que está llegando al fondo de las investigaciones, y yo comparto absolutamente lo que ella dijo, aquí lo terrible son las 800 muertes que hubo, pero más terrible aún es habernos tenido que demorar tres meses para saber de qué falleció cada niño. Eso no pasará nunca más.

¿Qué tan diferente será este nuevo sistema de protección a los hogares actuales del Sename?

El enfoque es el diferente. Ahora, si un niño ingresa por una medida "x", el programa y el tratamiento van a tener un sentido programático: qué acciones vas a realizar al trabajar con él, con la familia, con la comunidad, que signifique que ese derecho que ha sido vulnerado, que ha significado separarlo de su familia, sea restituido lo antes posible. Tenemos niños, lamentablemente, que han estado institucionalizados durante años. En los casos en que niños no tengan posibilidad de retornar con sus familias, el nuevo sistema velará porque lo antes posible sean sujetos de adopción.

¿Se garantizará personal más capacitado para tratar con menores de edad?

Este país necesita especialistas en vulneraciones de derechos. Cómo acompañamos a un niño abusado y a su familia, porque cuando un niño ha vivido esa situación es una familia la que ha vivido la vulneración. ¿Cómo trabajamos con la comunidad donde vive esa familia? Para eso necesitamos profesionales del más alto estándar y eso no existe en este país.

En el marco de esta nueva institucionalidad, ¿cuál es la evaluación que usted hace de los recintos privados que apoyan las labores del Sename?

La sociedad civil y las fundaciones y los organismos que reciben a los niños son súper importantes, esto es una responsabilidad en conjunto. Hay organismos que efectivamente tienen como 130 niños con los que se hace un buen trabajo, de donde salen deportistas. O sea, hay buena experiencias. El tema es cómo generamos respuestas públicas y privadas que realmente cumplan con un estándar de alto nivel.

Se han hecho críticas respecto de que estos organismos recibían dineros del Estado, pero que éste no fiscalizaba si los centros cumplían los estándares…

Yo creo que ha habido avances, sin lugar a dudas, pero el paradigma de cómo se está trabajando no es el que nosotros queremos. Tenemos que avanzar hacia un Estado donde los derechos estén garantizados en la misma calidad. Tenemos que apuntar a que así lo sea entre cinco a 10 años más como tope.

¿Puede que la nueva institucionalidad toque redes políticas de los centros colaboradores del Sename, varios en manos de militantes DC?

Todo el mundo tiene redes en este país. Mientras no se investigue bien y se descubra algo, hay que avanzar en llegar al fondo de los problemas que tiene el Sename. El Ejecutivo ha puesto a disposición de los fiscales toda la información que le han solicitado. Quien tenga denuncias sobre ese tema debe hacerlas a la fiscalía y se investigará.

¿No hay lucro en organismos colaboradores de niños vulnerados?

Estar ganando por atender a niños no creo que sea así, yo creo que hay otro tipo de problemas que se está investigando. El lucro por costo niño, tengo mis dudas. No conozco si hay investigaciones en ese sentido. Yo creo que el tema más grave es que hay una serie de programas que no sabemos cómo llegan a los niños, si tiene impacto, si hay seguimiento. Eso es lo fundamental.

Quisiera insistir, ¿qué se está haciendo mientras se espera la aprobación de las leyes que cambian la institucionalidad?

Te voy a decir una cosa, esto se ve tan fácil y no lo es. Yo también creía que era bastante menos agotador, cada proyecto significa conversaciones con los diputados, con los senadores, con los asesores de ellos. Discutir y meternos en discusiones, algunas valóricas... Nuestro objetivo es, como te decía al comienzo, dejar las bases sólidas de un Chile, de un país, de una sociedad que se va a relacionar con los niños de una manera diferente y, por lo tanto, lo que queremos es llegar, ojalá en 10 años, a que nunca más un niño sea vulnerado en su derecho. Nunca más un niño sea golpeado, ni torturado, ni asesinado por el motivo que sea.

Y por el propio Estado...

Por el propio Estado, por la propia institucionalidad del Estado. Pero tampoco por la familia. Si aquí hay niños que han muerto zamarreados por sus padres.

Hay dos megainvestigaciones penales, una a manos del fiscal Marcos Emilfork por las muertes en el Sename y otra del fiscal José Luis Pérez por supuestas redes de explotación sexual de menores. ¿Hay una responsabilidad política en los ex directores del Sename por estos graves hechos?

No puedo emitir juicio cuando hay investigaciones abiertas. Yo sé que ellos han ido a declarar. Aquí hay una responsabilidad política de todos, o sea, no de los últimos tres ni de los últimos cinco, ni de los últimos 10 (directores del Sename). Aquí ha habido un no mirar cómo estamos haciendo el trabajo. Y yo no puedo decir que sean solo los directores. Somos todos.

La muerte de Lissette Villa en un recinto del Sename, ¿le dio un mayor impulso a los objetivos de su cargo? Porque ahora todos los ojos están centrados en cómo mejorar la situación de estos niños...

En mi caso, no (hace una pausa). Mi preocupación ha sido desde siempre, desde que tengo conciencia he trabajado con el tema de la niñez. Trabajé con niños que fueron torturados o cuyos padres fueron torturados. No hay un antes y un después para mí. Lo que sí debo reconocer es que en este país hubo un antes y un después en este caso. Lo que generó esto es que no podemos permitir más que un niño que esté bajo resguardo de una institución del Estado sufra este tipo de vulneraciones de derechos. No es aceptable, no es ético, no es digno... Y en eso yo me rebelo para hacer este cambio, insisto, histórico en materia tanto de institucionalidad de infancia, de política y de normas.