La producción mundial de vino caerá un 6% al cierre de 2012 con respecto al año anterior como consecuencia de la reducción de la superficie de cultivo y de las malas condiciones climáticas, según las previsiones publicadas hoy por la Organización Internacional de la Uva y la Viña (OIV).
La producción ha caído "hasta 248,2 millones de hectolitros cúbicos al año, es decir, niveles similares a los de 1995", explicó en conferencia de prensa en París el director general de la OIV, Federico Castellucci.
Italia, Francia y España, los mayores productores del mundo, han reducido su producción en torno a 30 millones de hectolitros en cerca de una década, en favor de otros como Argentina, Chile, Estados Unidos o Australia.
Solo en el último año, la producción en los tres primeros países del sector ha caído entre un 11% y un 22% y la vendimia en la Unión Europea (UE) ha caído un 9%, con lo que se sitúa a niveles de 1975, explicó Castellucci.
En Europa, la OIV cree que la producción caerá un 3% en Italia, primer productor, un 19% en Francia, un 6% en España, aunque aumentará en países como Grecia (+15 %) o Portugal (+4%).
Fuera del principal foco de producción, se hará más vino en Chile (+ 4%), Estados Unidos (+ 7%) y Sudáfrica (+ 4%), mientras que se registrará una caída del 24% en Argentina, motivada esencialmente por un cambio en el método de cálculo estadístico.
"El estado de salud del vino es complejo", declaró el director general de la OIV, organización que también anticipa una reducción de la superficie cultivada en el mundo, con un aumento en Estados Unidos y el hemisferio sur que no compensa la caída registrada en la UE.
En los últimos tres años "se han perdido entre 40.000 y 45.000 hectáreas", en gran parte con motivo de la financiación que la UE aporta para favorecer el arranque de viñas y limitar el excedente, a lo que se suma el cambio generacional, ya que muchos de los descendientes de los pequeños productores abandonan el sector.
Respecto al consumo, la OIV espera que se mantenga "estable" en 2012, en una horquilla de entre 235,7 y 249,4 millones de hectolitros en total.
Parte de ese consumo se sustenta sobre la importación ya que "en los últimos siete u ocho años puede verse que el vino viaja mucho más que antes", hasta el punto de que el 38 % de los caldos no se consumen en el lugar de producción.
"Antes, la exportación era un orgullo para el productor. Ahora es más una necesidad para todos", comentó Castellucci, quien citó el ejemplo de Chile, donde el 70% del vino que se genera se coloca en el mercado internacional, donde van creciendo países no considerados consumidores tradicionales.