A comienzos de los 60 The Crystal firmó contrato con Philles Records -el recién inaugurado sello del productor musical Phil Spector- en donde grabaron sus primeras canciones. He´s a Rebel, compuesta por el cantante Gene Pitney, fue el éxito radial que catapultó al grupo al número uno de los rankings.
Darlene Wright, la voz principal del cuarteto, se robó la atención y aplausos del público con aquella canción.
El productor, viendo las posibilidades que tenía, le propuso cambiar su nombre por Darlene Love y grabar nuevos sencillos. He´s Sure The Boy I Love sería el primer disco en solitario de la artista, pero el camino a la fama habría de ser más complicado.
Un día, escuchando la radio, oyó promocionar la nueva canción de The Crystal. Cuando suenan los primeros acordes, se da cuenta que es su grabación, que era su voz la que salía de los parlantes. Spector le había arrebatado su sueño. La anhelada fama se esfumaba para siempre. "No podía haber simultáneamente dos estrellas en la misma sala de grabación, así que Phil Spector la confinó. Su mejor material no salía siquiera con su nombre", dice el historiador musical Warren Zanes en un momento del documental A 20 pasos de la fama, el cual se interna en las desconocidas vidas de las más prestigiosas coristas norteamericanas.
Galardonado como Mejor Documental en la última entrega de los Premios Oscar, y con reconocimientos en los Independent Spirit Awards y los Critics Choice, la película acaba de llegar a Chile y ya se exhibe en el Cine Arte Alameda.
Como el testimonio de Darlene Love, son muchas las historias que se van alternando a lo largo de la cinta. Todas con un elemento en común: el fatigoso y accidentado camino a la fama.
En su mayoría mujeres afroamericanas, estas cantantes luchan a diario por dejar sus puestos en la parte trasera del escenario y convertirse en estrellas de la música.
Sin embargo, como ellas mismas cuentan, una vez que se es corista es muy difícil dejar de serlo. Sin tiempo, ni dinero para dedicarse a sus propias carreras, prestan sus voces a los más destacados artistas del planeta.
A 20 pasos de la fama, dirigido por Morgan Neville - quien en su filmografía cuenta con documentales sobre Muddy Waters y Johnny Cash y algunas nominaciones al Grammy- ha sido elogiado por dar visibilidad y reconocimiento a estos anónimos personajes.
Lisa Fischer, Claudia Lennear, Táta Vega o Judith Hill, nombres desconocidos para la mayoría, han sido parte de importantes himnos musicales, como Gimme Shelter de los Rolling Stones o Walk On the Wild Side de Lou Reed, entre otras canciones.
"Es bastante enervante que alguien cante la canción que tú grabaste y que nadie sepa que es tu voz", dice en un momento del documental una de ellas. Aunque poco reconocidas por el público, los artistas no escatiman en elogios para referirse a su trabajo. Los testimonios de Mick Jagger, Bruce Springsteen y Sting son acompañados por valioso material de archivo, donde se aprecia, sobre el escenario y en el estudio de grabación, el talento de estas intérpretes.
Algunas, con mejor voz y técnica que muchos artistas de talla mundial, consiguieron contratos con disqueras y pudieron probar suerte como solistas. Fue el caso de Lisa Fischer, corista de los Rolling Stones, quien en 1991 ganó un premio Grammy por la canción How Can I Ease the Pain, aparecida en su disco So intense. Sin embargo, nada de eso fue suficiente y el esperado segundo disco nunca vio la luz. Había que pagar cuentas y los coros parecían ser algo más lucrativo. "Algunos harán lo que sea por ser famosos y hay otros que sólo cantarán", dice en una de las escenas más conmovedoras del documental.