El cigarrillo electrónico puede traer beneficios o causar daños a la salud pública, dependiendo de si ayudan a la gente a dejar de fumar o alientan a los jóvenes a consumir los cigarrillos tradicionales, de acuerdo con un informe.
El reporte publicado el martes se pregunta cuáles son los posibles beneficios y daños de los llamados "vapeadores" que salieron a la venta por primera vez hace más de una década. Pero la respuesta podría tardar décadas más en conocerse, debido en parte a la lentitud con que aparecen las enfermedades provocadas por el tabaquismo.
"En algunas circunstancias, tales como el uso por adolescentes y adultos jóvenes no fumadores, es evidente que sus efectos adversos deben causar preocupación", dijo David Eaton, quien presidió una comisión de la Academia Nacional de Ciencias que estudió el asunto. "En otros casos, como el de los fumadores adultos que los usan para dejar de fumar, constituyen una oportunidad para reducir las enfermedades relacionadas con el tabaquismo".
Los cigarrillos electrónicos salieron a la venta en Estados Unidos en 2007. La mayoría de los artefactos calientan una solución líquida de nicotina hasta volverla vapor, y se los promueve como una alternativa menos peligrosa porque no tienen las sustancias químicas, el alquitrán o el humo de los cigarrillos convencionales. Los cigarrillos electrónicos y artefactos similares se han convertido en una industria que factura 4.000 millones de dólares anuales, con variedad de sabores y productos disponibles en tiendas especializadas y online.
Existen pocos estudios a largo plazo de sus consecuencias para la salud y no hay consenso sobre si ayudan a los fumadores a dejar el hábito, según el informe elaborado por pedido de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
La FDA ha indicado su intención de orientar los consumidores estadounidenses de cigarrillos tradicionales a los electrónicos y otros productos alternativos.
Después de analizar más de 800 estudios, la comisión llegó a una serie de conclusiones que coinciden en gran medida con las de otros investigadores. Por ejemplo, hallaron "pruebas contundentes" de que la mayoría de los electrónicos contienen productos químicos que pueden ser tóxicos. No obstante, encontraron pruebas igualmente contundentes de que los electrónicos son mucho menos peligrosos que los tradicionales.