Con votación a mano alzada y de forma unánime, más de un centenar de estudiantes presentes en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile decidieron dar por terminada la toma del establecimiento, tras cumplir un mes de ocupación de la sede de Pío Nono.
La toma del plantel, que alberga a 3.134 estudiantes de pregrado, partió el 16 de octubre. Entre los argumentos de la movilización se apuntaba a una falta de democracia interna y se cuestionaba cómo la facultad enfrentaría el aumento de 200 cupos en la matrícula de 2018.
"Junto con los estudiantes hemos tomado conciencia de que tenemos un tremendo desafío por cumplir. Nuestro aumento de matrícula está consolidado, aprobado por el Consejo de la Facultad y el Consejo Universitario, además, la facultad está preparada", expresó el decano, Davor Harasic, que minutos antes había sellado con un apretón de manos el acuerdo con el presidente del centro de alumnos, Juan Cristóbal Cantuarias.
El fin de la toma se produjo un día después de que el rector de la universidad, Ennio Vivaldi, citara al decano y a los estudiantes para acercar posiciones.
"En la práctica, no hubo ninguna discrepancia importante, y quiero recalcar que el apoyo es total al aumento de cupos, no hay dos opiniones y está todo el mundo de acuerdo", señaló Vivaldi luego de la reunión.
El protocolo de acuerdo firmado por las autoridades y representantes de los alumnos establece que "el aumento de la matrícula es una demanda histórica del movimiento estudiantil y va precisamente en la línea del fortalecimiento de la universidad estatal", además, consigna dar garantía a nueve puntos del petitorio de los alumnos, entre los que destacan que existirá más de un horario al semestre para los cursos obligatorios, mantener libre de actividades académicas la hora de almuerzo, entre otros puntos.
"Quedó expresado que se hace necesario implementar los puntos del petitorio, por eso estimamos que es un avance y agradecemos la voluntad del decano y de las autoridades", sostuvo Cantuarias
Vuelta a la normalidad
Desocupadas las instalaciones de Pío Nono, la comunidad educativa se prepara para mantener una semana de marcha blanca para reorganizar las actividades académicas y administrativas, las que se retomarán con las pruebas y exámenes que quedaron pendientes.
A pesar de que los alumnos lograron gran parte de sus demandas, hubo dos puntos que quedaron fuera de las negociaciones: la propuesta estudiantil de reforma a las ponderaciones en el examen de grado y el plebiscito triestamental para la evaluación del aumento de matrícula en años futuros.
Este último tema, según Cantuarias, espera que sea revisado por las comisiones de trabajo que comenzarán a partir de este jueves para lograr que temas de esta índole sean conversados entre todos.
Uno de los puntos que aún se deben resolver es la extensión del calendario académico, el que podría alargarse a más allá de diciembre, tras la reorganización de las clases y pruebas para cumplir con los contenidos mínimos.