En los 60, Estudiantes de La Plata desarrolló todo tipo de artimañas para sacar ventaja deportiva. Los Pincharratas entraban a la cancha con alfileres para pinchar a sus rivales y distraerlos. También les hablaban de asuntos personales para sacar esa milésima de segundo de ventaja que, muchas veces, marcó la diferencia.
El domingo, el equipo transandino bebió, literalmente, de su propia medicina. Federico Allende, defensor de Pacífico de General Alvear, la humilde escuadra que eliminó a Estudiantes de la Copa Argentina, reconoció que había apelado a las mismas tretas. "Tuve que recurrir al grupo viejo, la gran Bilardo", dijo el zaguero. Esto es para vivos. Se dio así. Sabíamos que teníamos que ensuciar el partido y pinchaba con agujas a los delanteros de Estudiantes", admitió.
¿Donde las guardó? "En las canilleras", dijo Allende. "Sabemos que el jugador de Primera no le gusta el roce, que le hagas tiempo, que le juegues sucio. Veíamos que ésa era la forma, el fútbol es así. Pobre negro, me debe haber odiado", concluyó.
De todas formas, la acción no quedará impune. "Voy a echar a Allende del club", dijo el presidente de Pacífico de General Alvear, Héctor Moncada.