Uno de cada cuatro jóvenes de entre 19 y 30 años no estudia ni trabaja, según un estudio realizado por el Instituto Libertad y Desarrollo (LyD), basado en la Encuesta de Caracterización Socioeconómica (Casen) 2011.

Si bien la baja participación y ocupación juvenil se ha atribuido a un mayor acceso a la educación (Chile tiene la menor tasa de ocupación juvenil de Sudamérica, según la OIT y la Cepal), las cifras demuestran que aún hay una proporción relevante de jóvenes que no estudia ni trabaja, fenómeno denominado por los expertos como "Nini".

De acuerdo a la Casen 2011 -dice LyD-, de las 3.405.871 personas entre 19 y 30 años, el 25% no estudiaba ni trabajaba, lo que implicó una reducción de 4% respecto de la cantidad de jóvenes que constató la Casen 2009 en esta situación (ver infografía). Al mismo tiempo, el 25% permanecía en el sistema educacional y el 50% restante se encontraba ocupado.

La realidad varía al examinar lo que ocurre por género. Mientras que del total de hombres entre 19 y 30 años, el 14,9% se cataloga como "nini" -lo que significó un retroceso de 3,1 puntos porcentuales en dos años-, entre las mujeres la proporción subió de 34% a 34,9% en igual período.

Cecilia Cifuentes, investigadora de LyD, asegura que "la inactividad de los jóvenes es uno de los principales problemas del país", sobre todo en los segmentos de menores ingresos. A su juicio, el fenómeno responde a que la "educación no los prepara para el trabajo".

Al ahondar en los estratos socioeconómicos, las mayores proporciones de "nini" están en los deciles más bajos. En el primer decil -donde el ingreso promedio por hogar es de $ 101.568 según el INE-, el 64,9% de las mujeres entre 19 y 30 años no estudia ni trabaja; en hombres, la cifra es de 44,7%.

¿SOLUCIONES?

La próxima semana, el gobierno enviaría al Congreso un proyecto de ley para crear un nuevo contrato para jóvenes, según anunció en la Cena Anual del Comercio el Presidente Piñera.

"Hay espacio para ser especialmente flexible con los jóvenes, porque necesitan tener una primera experiencia laboral para poder ingresar de manera formal al mercado laboral", afirmó Andrea Repetto, economista de la U. Adolfo Ibáñez.

Sin embargo, y pese a que concuerdan en que es necesario dar mayor flexibilidad a la distribución de jornadas, los economistas aseguran que también se requieren otro tipo de medidas.

"Los problemas para ingresar al mercado laboral tienen que ver con motivos como una cierta desconexión entre el sistema educacional y el mercado laboral, lo que se suma a que muchos jóvenes vulnerables están en un círculo social en el que no hay empleo", acotó Repetto. A su juicio, una solución sería potenciar el uso del subsidio al empleo joven y fortalecer el sistema de intermediación laboral. "Si tienes un 60% de los jóvenes que se gradúa del sistema escolar, pero que no ingresa a la educación terciaria, es natural que no encuentren un empleo, y por eso tienes que ayudarlos", agregó.

Para Cifuentes, esto se debe complementar con un salario mínimo diferenciado, ya que los niveles actuales "desincentivan la contratación".

Andrés Santa Cruz, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), aseveró que, a juicio de los empleadores, "se debe dar más flexibilidad, permitiendo a los jóvenes distribuir sus jornadas".