Los niños que duermen menos de 12 horas y miran mucho televisión tienen tendencia a tener un peso excesivo antes de ingresar a la escuela, según un estudio realizado por científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard.
La conclusión del estudio, publicado hoy por la revista Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, se basa en informes de las madres sobre los hábitos de sus hijos, así como en mediciones directas de su peso y estatura.
Los científicos señalan que esta es una nueva prueba de que existe una vinculación entre el sueño y la obesidad, la cual puede afectar incluso a los niños de muy corta edad.
Añaden que el efecto del menor tiempo de sueño se ve reforzado por la televisión y agregan que el estudio determinó que los niños que dormían menos y miraban más tiempo la televisión tenían mayores probabilidades de ser obesos.
"Ambos comportamientos, independientes y en combinación son particularmente riesgosos", manifestó en una declaración Elsie Taveras, autora principal del estudio.
Los científicos estudiaron los casos de 915 niños, de los cuales 586 dormían una media de 12 horas o más al día y 329 que dormían menos de 12 horas.
Entre los que dormían más de 12 horas la incidencia de obesidad era de 7 por ciento al cumplir los tres años, pero entre los que dormían menos era de un 12 por ciento al llegar a la misma edad.
Al considerarse el factor de dos o más horas de televisión diarias, el porcentaje de obesos subía a 17 por ciento.
Taveras indicó que es posible que la explicación esté en el efecto que tiene el sueño en la secreción hormonal.
Según estudios anteriores, los adultos privados de sueño producen una hormona que promueve la sensación de hambre y menos leptina, otra hormona que transmite la de saciedad.
Por otra parte, mirar mucho televisión aumenta el riesgo de obesidad porque reduce el tiempo de ejercicios y la consecuente eliminación de calorías y porque la televisión promueve la alimentación a horas irregulares así como la comida rápida, según los científicos.
"El principal mensaje del estudio es que debe haber regularidad en el sueño de los niños. Es muy importante establecer un horario", manifestó en una nota editorial referida al estudio Michelle Cao, de la clínica para trastornos del sueño de la Universidad de Stanford.
Por otra parte, Pat Prinz, científico de la Universidad de Washington, manifestó que los niños deben utilizar más su tiempo en jugar, correr y saltar.
"Cuanto más activos son durante el día, mejor dormirán durante la noche", señaló.