La energía mareomotriz -que usa el agua de mar para producir electricidad- tiene un alto potencial en Chile, concluye un estudio encargado por el gobierno y financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El trabajo demostró que las costas y mares chilenos pueden ser utilizados para la generación eléctrica.
El especialista en energía renovable del BID y responsable del proyecto Juan Paredes, explica que el informe también incluye recomendaciones al gobierno sobre cómo se podría implementar este tipo de proyectos.
"Sólo en el caso de poder capturar un 10% de este recurso proveniente de los mares, se tendría aún una cantidad de potencia que excede la actual capacidad instalada total del Sistema Interconectado Central (SIC)", dice el reporte. También asegura que dado el incipiente desarrollo de esta tecnología en el mundo y su gran potencial, "Chile podría jugar un papel decisivo en su desarrollo y beneficiarse de una participación temprana y activa, inclusive con implicaciones de liderazgo a nivel internacional".
La firma inglesa Garrad Hassan, encargada de la investigación, precisa que "el recurso de energía bruta de olas puede ser estimado en 164,9 GW, mostrando que si incluso un pequeño porcentaje del recurso es usado para impactar en la matriz energética chilena sería de gran significancia".
LAS MEJORES UBICACIONES
El reporte sostiene que para el caso de la generación de energía con las mareas, el recurso bruto llega hasta 600 MW a 800 MW, en el canal de Chacao. "El canal de Chacao tiene características únicas que resultan en la formación de una gran elevación de marea diferenciada del mar adentro chileno (Golfo de Ancud) y el Océano Pacífico. Esta 'cabeza' genera una corriente marítima sustancial (...). Mayores estudios específicos en los sitios son requeridos para evaluar técnicamente el recurso extraíble", plantea el reporte.
En cambio, para la generación de energía con las olas, las costas de las regiones V, VIII y X son las que presentan las mejores condiciones. Para determinarlo, además de medir la capacidad de las olas y mareas, se consideraron otras variables, como la cercanía a la red SIC.
"Con respecto a la selección preliminar de zonas adecuadas para proyectos de energía de olas, seis áreas prioritarias han sido identificadas. Todas las áreas son adecuadas para tecnologías de proyectos mar adentro", dice el reporte.
"El área entre Ventanas y Valparaíso está bastante condicionada al tráfico marítimo de entrada y salida de ambos puertos, y así no debe ser considerado como prioridad", agrega. Para el caso del puerto de San Antonio, por ser propiedad estatal, a diferencia de Ventanas, "puede estar en mejor posición para un proyecto de energía de olas si es apoyado por el gobierno".
Sobre el Estrecho de Magallanes, a pesar de tener un gran potencial, indica que "es un área problemática debido a la falta de una red, puertos y posibles usuarios de energía, también hay problemas de navegación".
ALTO COSTO
Sin embargo, podría pasar un tiempo antes de que se vea en Chile este tipo de plantas generadoras. La mayor traba son los elevados costos iniciales en los que se debe incurrir. Mientras una planta de energía hidroeléctrica cuesta entre US$1.000 y US$2.000 por MW, la eólica tiene un costo de US$2.500 por MW y la nuclear, hasta US$6.000 por MW. La energía mareomotriz, en tanto, desde los US$3.000 por MW para los primeros proyectos comerciales, según estimaciones del ejecutivo del BID.
Ante los elevados costos, Paredes indica que, "en vista del potencial, Chile debería implementar proyectos pilotos demostrativos y reforzar la investigación para ganar experiencia en el tema". Además, el experto plantea abordar el tema con una mirada de largo plazo, pues aunque "el costo inicial es muy alto, debe verse toda la vida del proyecto (...) como el combustible es gratis (las olas y mareas), a largo plazo el proyecto puede ser competitivo".