Un estudio de la Universidad Brigham Young (BYU) concluyó que las personas que tardan en responder a un mail están "bajo sospecha". Al parecer, cuando la gente miente en los mensajes digitales - ya sean mensajes de texto, en las redes sociales o mensajería instantánea - no sólo se toman más tiempo para responder, sino que también revisan más lo que han escrito y las respuestas son más cortas de lo habitual.

¿Le suena? Y es que, "las conversaciones digitales son un terreno fértil para el engaño porque la gente puede ocultar fácilmente su identidad y sus mensajes aparecen a menudo creíbles," recuerda Tom Meservy, profesor de BYU de Sistemas de Información.

Según los autores, cuando intentamos detectar una mentira en un mensaje escrito tenemos tanta probabilidad de acertar como cuando lanzamos una moneda al aire. Sólo acertamos un 54% por ciento de las veces, es decir, que es una cuestión de azar (50%).

EXPERIMENTO

Para llegar a esta conclusión se basaron en el estudio que se publica en ACM Transactions on Management Information System, donde pusieron a prueba a más de 100 estudiantes de dos grandes universidades de Estados Unidos.

Los jóvenes mantuvieron conversaciones con el equipo de la BYU, que les pidió que respondieran a 30 preguntas cada uno y que mintieran en la mitad de ellas. 

Los investigadores encontraron que a los estudiantes les llevó un 10 por ciento más de tiempo responder cuando mentían y que corrigieron más veces los mensajes. "Estamos empezando a identificar las señales que no son fácilmente rastreadas por los seres humanos", señala Meservy.

ADVERTENCIA

Tampoco es cuestión de poner bajo sospecha a todos nuestros interlocutores que se retrasen en responder, advierten los autores. "No deberíamos asumir automáticamente que alguien está mintiendo si se toma más tiempo para responder, pero el estudio proporciona algunos patrones generales", aseguran.

En cualquier caso, advierten los investigadores de BYE, las mentiras digitales podrían tener los días contados. De momento, se plantean dar un paso más en su investigación incorporando el programa Kinect de Microsoft, que permite reconocer la voz y los gestos de quienes escriben los mensajes, para ver cómo se relaciona con los pequeños engaños. "Estamos sólo al principio. Necesitamos reunir muchos más datos", señalan.

Fuente: abc.es