Uno de cada seis niños tiene al menos un padre indocumentado en California, lo que muestra la "interconexión" de las familias en este estado del suroeste de Estados Unidos, según un estudio divulgado en momentos en que el Congreso discute una reforma migratoria. 

Del 16% de niños en California que tienen al menos un padre indocumentado, 81% son ciudadanos estadounidenses, indicó el estudio titulado "What's a Stake for the State" (Qué está en juego en el estado) y desarrollado por el Centro para el Estudio de la Integración Migratoria (CSII).

"Esto muestra la diversidad que existe en los hogares de inmigrantes y lo interconectados que están", dijo el jueves a la AFP Vanessa Carter, una de las investigadoras del estudio publicado por la Universidad del Sur de California.

"Hay familias con estatus mixtos y es muy común que un indocumentado viva con un residente legal o un estadounidense", dijo la analista de datos del CSII.

En California viven 2,6 millones de inmigrantes sin papeles (7% de la población de 37,5 millones), lo que representa una cuarta parte de las 11,5  millones de personas que residen en Estados Unidos sin autorización, según el estudio divulgado el miércoles.

En términos generales, 27% de la población del estado nació en otro país. Al tiempo, prácticamente la mayoría (47%) de los niños californianos tiene al menos un padre inmigrante, ya sea con estatus legal o ilegal.

Entre los indocumentados, una cuarta parte trabaja en locales de venta al público, mientras la agricultura es el segundo gran empleador (15%), seguida de la manufactura, la construcción y los servicios de reparaciones.

El estudio llama la atención no sólo por la integración que revela en el seno de las familias, "sino también en grandes sectores de distintas industrias", dijo Carter.

"La mayoría de la gente puede imaginarse que hay una gran parte (de indocumentados) en la agricultura, pero también existe una importante participación en los locales comerciales", agregó.

La distribución de los inmigrantes sin papeles, así como su composición, no es homogénea: en Los Ángeles, prácticamente una de cada diez personas (9%) carece de autorización para vivir en Estados Unidos y uno de cada cinco niños (20%) tiene al menos un padre indocumentado.

"Lo que más nos preocupa es que cerca de dos tercios (67%) de los niños con al menos un padre indocumentado vive en la pobreza", lo cual se explica porque "las oportunidades de trabajo para los indocumentados son limitadas", señala la investigación.

"Los trabajadores sin estatus legal ganan 20.000 dólares al año, mientras los estadounidenses ganan en promedio 50.000 dólares al año", explica.

El estudio destaca que dos tercios de los estadounidenses creen que el Congreso debería abrir una vía para la ciudadanía a los inmigrantes que cruzaron la frontera ilegalmente o tienen la visa vencida. 

También afirma que la "autorización y la ciudadanía representarían una inyección de ingresos de más de 4.500 millones de dólares para la economía de California, según estimaciones conservadoras".

Este impulso en los ingresos tendría lugar a medida que, a lo largo de los años, los indocumentados accedan a mejores salarios y diferentes empleos, lo que les permitiría gastar más dinero en la economía local.

El 85% de los indocumentados son hispanos -la mayoría de México y Centroamérica-, seguidos por un 12% de habitantes de las islas del Pacífico y 3% de blancos. Entre los indocumentados, 72% provienen de México.