La polémica en torno al futuro etiquetado de alimentos durante los último días, contrasta con el interés que demuestran los consumidores a la hora de comprar un producto en el supermercado. Según el estudio Chile Saludable de Fundación Chile y Adimark, sólo el 31% de los chilenos dice que acostumbra a leer el rotulado y otro 37% admite que no entiende la información nutricional.
Se trata de la tercera versión del estudio, que se realiza desde 2012. En éste se clasifica a los chilenos en cinco tipos según sus hábitos de vida saludable: motivados, es decir, que tiene un gran interés por la vida saludable; culposos, que no tienen ningún interés; resignados, que tienen limitaciones para una vida sana; esforzados, que muestra interés, pero tiene muchas limitantes; y los indecisos, que no tiene un patrón claro (ver infografía).
Entre éstos perfiles se registraron diferencias "alarmantes" en torno al interés por las etiquetas al comparar los años 2012 y 2014. Por ejemplo, los motivados, culposos e indecisos experimentaron una baja significativa respecto de su interés por leer las rotulaciones de los alimentos antes de comprarlos. En el caso de los motivados, es decir, aquellos que tienen gran interés por la vida sana, pasaron de tener un porcentaje de lectura de etiquetas del 60% en 2012, al 52,6% en 2014.
Para Andrés Barros, gerente de Alimentos y Biotecnología de Fundación Chile, este fenómeno se debe a que "existe un vacío en la educación al consumidor", por lo que a su juicio la Ley de Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad debería ir acompañada de una política permanente de información. "El ciudadano común no saca nada con tener un ley que advierta cosas que no necesariamente entiende", agrega.
Hoy el etiquetado de alimentos se compone de una tabla nutricional obligatoria que no va en la parte frontal de los envases, lo que cambiará el próximo año con una aviso tipo disco pare, que irá en la parte frontal de los productos advirtiendo sobre los excesos de nutrientes críticos, como azúcar y sodio. Consultado por el impacto de este etiquetado, Barros advierte que "todas las alternativas son buenas en la medida que el consumidor las entienda y generen un cambio en sus hábitos de vida. Si no se logra, las medidas caerán por su propio peso".
La investigación también da cuenta de la errada percepción que tienen los chilenos sobre la comida saludable. Si bien los resultados revelan que existe un amplio consenso sobre los conceptos de nutrición vinculados a una alimentación saludable, como tener horarios para las comidas, existen actitudes negativas que generan rechazo hacia los alimentos saludables: cuatro de cada 10 chilenos prefiere la comida sabrosa por sobre la sana.
El estudio abordó también temas vinculados a la calidad de vida. Un 60% se considera muy feliz y el 26% se considera estresado. Pese a este dato, al ser consultados por respecto de lo que viene para su futuro, la gran mayoría responde con un alto grado de satisfacción, 66% a nivel nacional.
Aspecto positivo
Un aspecto positivo del estudio es que hoy los motivados son el grupo más numeroso de la sociedad, a diferencia de 2012, cuando elmás abundante eran los culposos.
"En conjunto, los motivados y esforzados suman al 40% de la población y representan a un grupo de chilenos interesados por llevar una vida más saludable. Esto puede ser de gran utilidad para el desarrollo de políticas públicas que promuevan la adopción de estilos de vida más saludables", dice el estudio realizado en las 23 ciudades entre enero y febrero de 2014.