¿Cuál es la mejor forma de dejar de fumar? Es lo que se preguntó un grupo de expertos de la Escuela de Medicina de Perelman de la Universidad de Pensilvania (EE.UU.) Y la conclusión fue sorpresiva: con estímulos económicos.

Así  lo determinó luego de someter a un estudio a 2.538 voluntarios de todo EE.UU. durante ocho meses en 2012, investigación publicada The New England Journal of Medicine.

En su estudio, los investigadores asignaron a los voluntarios en tres grupos. Uno, basados en un sistema de recompensa monetaria (de hasta 800 dólares); otro que debían realizar un depósito de 150 dólares que perdían si no completaban el programa, pero que se incrementaba si lo terminaban, y un último grupo que fue sometido a un tratamiento habitual para dejar de fumar, que incluía parches de nicotina y terapia sicológica.

Terminado el programa, los investigadores comprobaron que el 16% de los que recibió un premio monetario dejó de fumar, mientras que el 10% que hizo un depósito, que podrían duplicar si dejaban el hábito también dejó de hacerlo, contra apenas un 6% de los que recibieron el tratamiento habitual.

"Entre las personas que aceptaron cualquier programa que ofrecimos, los de depósito eran dos veces más eficaces que los de recompensa y cinco veces más que los programas tradicionales debido, probablemente, a la aversión natural del ser humano a perder dinero", dijo Scott D. Halpern, experto de la U. de Pensilvania y uno de los autores del estudio.