Investigadores siguieron a casi 7.000 jóvenes y concluyeron que quienes se casaban tenían más del doble de riesgo de ser obesos que quienes sólo mantenían citas.

Mudarse con la pareja también incrementa el riesgo de caer en la obesidad, pero para hombres y mujeres los parámetros son distintos. Mientras ellas pueden aumentar la talla a sólo un año de convivencia con la pareja, ellos tienen un margen un poco mayor: entre el primer y segundo año.

La segunda parte del estudio, que realizaron estudiantes de doctorado en nutrición de la Universidad de Carolina del Norte y que fue publicado en la edición online del journal Obesity, puso énfasis en parejas casadas, que conviven y que tienen citas, de entre 18 y 27 años. 

Y la obesidad estaba hasta tres veces más presente en los casados que en los que tenían citas. ¿La razón? Las parejas que convivían tenían mayores factores de sedentarismo: hacían menos actividad física, veían más televisión y pasaban más tiempo frente al computador.

Los investigadores también dieron la otra cara y encontraron que el matrimonio entrega beneficios a la salud, como la disminución del tabaquismo y menor mortalidad.