Después de un año de acontecimientos políticos históricos como el Brexit en Reino Unido, la elección de Donald Trump en EE.UU. y el referendo constitucional que provocó la caída del primer ministro Matteo Renzi en Italia, el potencial para más incertidumbre política no parece disminuir. Casi como una radiografía del descontento ciudadano, un estudio global realizado por la encuestadora Ipsos a más 16.000 personas en 22 países muestra que una mayoría piensa que su país está en decadencia. Y no sólo eso. La gente también dice sentirse abandonada por el sistema político y de gobierno tradicional.
"Nuestro estudio sugiere que muchos países de todo el mundo comparten la opinión de que el sistema ya no les sirve. Además de este sentimiento que no hace distinción de fronteras, hay frustraciones e insatisfacción", comenta Bobby Duffy, director gerente del Ipsos Social Research Institute.
En promedio, el 57% de los encuestados cree que su país está en declive. Esta percepción es mayoritaria en 14 de los 22 países donde se realizó el estudio. Entre las naciones donde esta opinión es más alta se cuentan Sudáfrica (77%), Corea del Sur (73%), Italia (73%) y Brasil (72%). En cambio, India y Canadá, con 22% y 38%, respectivamente, son los países donde esta percepción es más baja. Pese a ello, un 67% de los consultados siente que su país puede recuperarse. Sólo un 15% piensa que este declive es irreversible.
Un 43% de los encuestados, asimismo, siente que su generación ha tenido una peor vida que la de sus padres, mientras que un 32% piensa que ha sido mejor. De acuerdo con el estudio, los habitantes de algunas economías de Europa y de Asia aparecen como más infelices que sus pares en América Latina y otras economías emergentes. Pero la gente es más pesimista respecto de las perspectivas de futuro de los jóvenes de hoy, ya que un 48% piensa que su vida será peor que la de sus padres, mientras que sólo un 27% estima que será mejor.
Al momento de evaluar el sistema, dos de cada tres consultados (64%), en promedio, afirman que los partidos tradicionales y los políticos no se preocupan de la gente. Este índice se eleva a 75% o más en países como México, Perú, Francia y España. Por el contrario, en Japón y Suecia es casi la mitad, con un 39% y 42%, respectivamente.
Más de seis de cada 10 también creen que la economía de su país está amañada en favor de los ricos y poderosos (69%) y que se necesita un líder fuerte para recuperar al país de estos grupos (63%). Estos sentimientos en favor de un líder fuerte son especialmente altos en México (81%), Perú (74%), Hungría (72%), España (72%) e Israel (72%), no así en Suecia, donde apenas llega a 31%.
En promedio, un 49% está de acuerdo con la necesidad de un líder fuerte que rompa las reglas. Sólo un 25% la rechaza. El estudio destaca que el alto apoyo a este tipo de líder en Francia (80%), lo mismo que en Israel (69%), Italia (68%), Corea del Sur (66%), Turquía (66%) e India (65%). En el otro extremo, Alemania (21%) y Suecia (23%) son los que menos apoyan esta idea.
Respecto de la globalización, un 42% en promedio piensa que la apertura de su país a los negocios y el comercio extranjero es una oportunidad. No así para un 26% que lo considera una amenaza. Entre los países más propensos a la apertura se cuentan Perú (55%), Sudáfrica (54%) y Reino Unido (54%), mientras que entre los más renuentes a la globalización figuran Italia (38%) y Francia (33%).
"Los británicos son más propensos a pensar que su país está en el buen camino y ser positivos sobre la economía que, por ejemplo, nuestros vecinos en Francia e Italia, pero en ambas medidas ha habido una caída aquí en los últimos meses de 2016, y los británicos están más preocupados por la inmigración que muchas otras naciones", explica a La Tercera Gideon Skinner, director de investigación del Ipsos Social Research Institute.
En términos más generales, la población mundial está dividida en cuanto a si su país debe protegerse (31%) o abrirse más al mundo (36%). EE.UU., con un 47%, se ubica como la nación donde más personas dicen que hay que dar más pasos para protegerse del mundo de hoy, tal como propugna Trump. Al contrario, Perú se sitúa como el más favorable a la apertura (62%).
Por último, Duffy advierte sobre el impacto electoral que puede jugar el descontento durante este año. "Con más elecciones a la vista, especialmente en Francia, pero también en otros países como Corea del Sur, este sentimiento de descontento es probable que juegue un papel crucial en 2017", afirma.