Los gatos dominan el mundo desde hace más de 9.000 años, con un "imperio" que se extiende desde la Rumania del mesolítico a la Angola de nuestros días, pasando por el antiguo Egipto y el Medioevo.
Así lo indica el análisis del ADN de los restos de 200 gatos publicado en la revista Nature Ecology and Evolution.
La investigación se debe al grupo coordinado por la genetista Eva Maria Geigl, del Centro Nacional de la Investigación Científica francesa, del cual forma parte del italiano Claudio Ottoni, que trabaja en la Universidad de Lovaina, en Bélgica.
Los investigadores analizaron el ADN de los restos de los felinos descubiertos en varios sitios arqueológicos, incluidas momias de los gatos sepultados en las tumbas del antiguo Egipto.
El análisis de todas esas muestras, que datan de hace 10 mil años y del siglo XIX, "nos ha permitido asignar particulares líneas genéticas presentes en los gatos domésticos a sus lugares de origen", dijo Ottoni.
"Justamente logrando establecer los lugares de origen de las líneas de gatos domésticos el estudio permitió establecer que los gatos modernos descienden de dos poblaciones distintas de gato selvática africano (Felis silvestris lybica)", agregó.
Según la investigación, el nexo entre los gatos y los seres humanos data de los albores de la agricultura, en la Media Luna fértil, hace cerca de 10 mil años.
"Durante el Neolítico, en Medio Oriente los gatos se acercaron a la comunidad agrícola atraídos por las ratas que infectaban sus graneros", explicó el científico.
Desde el Medio Oriente, los gatos domesticados se difundieron por todas partes, siguiendo los traslados de las comunidades agrícolas.
La investigación muestra además que los gatos establecieron una relación muy estrecha con los seres humanos en una segunda fase: en Egipto en la época clásica romana, y también en este caso se mudaron siguiendo a sus dueños, por las rutas comerciales.
"Los gatos viajaron a lo largo de las principales rutas marítimas y también terrestres humanas, por ejemplo las que unían India con Egipto a través del océano Indico en época romana y luego hacia el Mediterráneo, o sucesivamente las vikingas, visto que tenemos gatos con ADN de origen 'egipcio' en un sitio Vikingo del Mar Báltico", afirmó Ottoni.
El experto agregó que "no está aún claro si el gato doméstico egipcio desciende de los gatos importados del Cercano Oriente o si en Egipto se verificó una separación y una segunda domesticación", añadió.
El estudio descubrió además que el gato más común en los tiempos antiguos era el del tipo atigrado, mientras que los ejemplares con manchas se volvieron comunes sólo a partir del Medioevo.