Una serie de irregularidades presentaron un conjunto de juguetes del mercado minorista, problemas ligados directamente a la seguridad de estos productos y que fueron revelados por un estudio encargado por la Organización de Consumidores (Odecu).
La investigación se basó en una muestra de 17 juguetes comprados tanto en el barrio Meiggs, como en diversas importadoras proveedoras del mercado minorista.
Rigiéndose por la regulación internacional, se sometieron a los 17 juguetes a un análisis del químico, que reveló que sólo cinco de estos productos cumple con los estándares establecidos. Es decir, el 71% de los juguetes analizados representan un peligro potencial para la salud de los niños.
Los resultados de los análisis dan cuenta de una serie de faltas al Reglamento de Seguridad de los juguetes establecido por el Ministerio de Salud, siendo la más llamativa el incumplimiento a los requisitos de seguridad para artículos de cuidado de los niños y juguetes, ítem en el que cumplen sólo cinco productos, el 29% de la muestra.
ROTULACION
Mientras que siete artículos presentaron incumplimiento en su rotulación. Juguetes como un set de cocina, uno de policía y otro de belleza, así como también un auto a control remoto, son parte de la muestra que reveló alteraciones en este punto.
Además se constató que sólo dos poseen una estabilidad adecuada en sus propiedades físicas y mecánicas, lo que significa que los otros cinco juguetes podrían causar lesiones corporales en los niños.
Pese a ello, los juguetes superaron la prueba de inflamabilidad, demostrando un nivel de resistencia acorde a lo exigido en la normativa.
Esto mismo sucedió en la evaluación de los requisitos químicos, donde los productos no arrojaron resultados negativos, pues no se produjo migración de sus compuestos y el nivel de tolueno en ellos se mantiene bajo el permitido por el Minsal.
Si bien en Chile no existe una normativa que impida la venta de juguetes que contengan ftalatos, utilizados para dar flexibilidad al plástico, en otros países una serie de instituciones han comprobado que este químico representa un riesgo para la salud de niños y adultos, ya que son consideradas sustancias reprotóxicas, clasificadas dentro de la categoría de sustancias CMR (carcinógenas, mutagénicas y tóxicas para la reproducción).