El efecto es claro: cuando el último trimestre de gestación de los bebés ocurre en un mes contaminado, éstos nacen más delgados. Esa fue la conclusión a la que llegó una investigación de la Universidad de Yale realizada con datos de Chile.
El estudio utilizó datos de los niveles de contaminación de Santiago -una de las ciudades más contaminadas de Latinoamérica-, de la Seremi de Salud y la Conama, entre los años 2002 y 2005, y los datos oficiales de los pesos de los recién nacidos.
Los investigadores se basaron en la cantidad de lluvia caída durante ese mismo período, para así conocer con mayor precisión el efecto de la contaminación sobre el peso del feto.
Controlando otros factores que podrían afectar la nutrición del niño, como la comuna y educación de la madre, descubrieron que al aumentar 17 puntos el PM10 -material particulado respirable- durante el último trimestre de embarazo, el bebé pesaba 125 gramos menos al nacer.
ESTUDIOS INTERNACIONALES
Los estudios epidemiológicos consideran "el último trimestre como el período más importante en el desarrollo fetal del bebé", explican los autores en su trabajo. Si bien está poco tratado aún, estudios anteriores han demostrado el mismo efecto. En la Universidad de Medicina y Odontología de Nueva Jersey se estudiaron 336.000 nacimientos entre 1999 y 2003. Concluyeron que un alto nivel de contaminación durante el primer y tercer trimestre de embarazo aumenta las probabilidades de dar a luz un niño de bajo peso.
La explicación apunta a que la contaminación afectaría la oxigenación del bebé. Un estudio en ratones de la Universidad de Sao Paulo demostró que la contaminación altera la estructura de la placenta. Los canales que llevan la sangre materna se estrechan y el tejido a través del cual se produce el intercambio de oxígeno y nutrientes se adelgaza. "Esto provoca menos desarrollo de todos sus órganos", explica Jorge Catalán, jefe de la unidad de neonatología del Hospital Clínico de la U. de Chile.
CONSECUENCIAS DEL BAJO PESO
El nacer con un bajo peso está asociado a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Además, "es más propenso a desarrollar hipoglicemia y cuadros intestinales graves", explica Catalán. Otra consecuencia es un menor desarrollo cognitivo. "El bajo peso de nacimiento provoca un alto riesgo de desnutrición a edad temprana. El desarrollo del cerebro durante el primer año de vida es lo que más afecta la inteligencia", explica Daniza Ivanovic, académica del Inta. En esta línea, la investigación de Yale se aventura aún más en las consecuencias: básandose en estudios anteriores, los autores concluyen que pesar 125 gramos menos al nacer reduce en 900 dólares las ganancias de una persona durante un período de 40 años.
"Nuestro estudio sirve para reconocer que hay que implementar medidas serias para evitar la contamianción, ya que afecta enormemente el futuro de los niños", explica Juan Eberhard, economista chileno y académico en la U. de Yale a La Tercera.
AMENAZAS DEL BAJO PESO AL NACER
Respiratorias: Los bebés muy pequeños o prematuros tienden a padecer de dificultades respiratorias, ya que sus pulmones todavía no maduran.
Intestinales: Tienen más riesgos de padecer problemas gastrointestinales, como la enterocolitis. Esto puede suceder por una inmadurez del flujo de sangre intestinal.
Cognitivas: Los niños que nacen con bajo peso tienen más tendencia a un rendimiento intelectual insuficiente. Se puede revertir con una buena lactancia materna y estimulación.