Diversas cifras revelan que hay una enorme brecha de género entre hombres y mujeres en altos cargos directivos. En países como EEUU, por ejemplo, donde las mujeres constituyen el 47% de la fuerza laboral, éstas representan sólo un 3% de los CEO de Fortune 500, el ranking de la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país. A nivel mundial, las mujeres ocupan el 20% de los puestos directivos, según las empresas encuestadas en 2011, y en Chile, el 25%. Hasta ahora, varios estudios han mostrado que a los hombres les gusta más que a las mujeres competir y que lo hacen siempre que pueden, aun cuando estén peor calificados que ellas. Esa diferencia a la hora de optar o no por un concurso es lo que en economía se llama brecha de género de competencia.
Ahora, un estudio de la Universidad de Loyola Marymount (EEUU), revela que esa brecha se reduce en dos tercios, cuando a las mujeres se les ofrece la oportunidad de "pelear" en equipos y no como individuos. Los expertos dicen que eso ocurre, porque -a difrencia de sus pares masculinos- ellas se sienten más cómodas y seguras alcanzando metas junto a otras personas.
Una opción que no es considerada en las elecciones y procesos de ascensión corporativa, que apunta a premiar los logros individuales, dejando en segundo plano el rendimiento en equipo. "Las implicaciones de la investigación muestran que si las organizaciones se centran en el rendimiento del equipo en lugar de desempeño individual, pueden animar a las mujeres altamente calificadas a entrar en los campos de competencia", dijo a La Tercera el economista Andrew Healy, autor del estudio junto a su colega Pate Jennifer.
Para el experto, el tema no es menor, ya que a menudo las mujeres mejor calificadas eligen no competir, mientras que los hombres no calificados optan por hacerlo, lo que puede significar que muchas trabajadoras bien preparadas queden fuera de los procesos de ascenso. Un escenario que no sólo se ve en las empresas, sino también en el mundo político.
SE ATREVEN MAS
Los economistas llevaron a cabo un experimento donde un grupo de voluntarios , de ambos sexos, tenían que responder a problemas de matemáticas lo más rápido posible. Los participantes debían elegir si querían ser recompensados de acuerdo con la cantidad de problemas respondidos correctamente en una competencia por equipo contra otros tres grupos o si preferían entrar en una competición individual contra otras tres personas.
Los resultados mostraron que, a pesar de que ambos géneros llevaban a cabo igual de bien las tareas y cálculos, el 81% de los hombres optó por competir individualmente, versus el 28% de las mujeres. Cuando surgió la opción de competir por equipos, los resultados fueron mucho más estrechos: la diferencia entre los géneros se redujo en 31 puntos porcentuales, con un 67% de hombres que eligieron participar en el concurso frente a un 45% de las mujeres."Nuestros resultados indican que las mujeres parecen tener un mayor nivel de comodidad al participar en competencias donde ellas son parte de un equipo, lo que revela que cambiar el contexto en el que las competiciones se llevan a cabo puede ser suficiente para reducir las disparidades de género", dijo Andrew Healy.