Los niños podrían estar más seguros en los vehículos cuando el abuelo o la abuela manejan en lugar de papá o mamá, indican los resultados de un estudio que incluso hizo que los investigadores tardaran en reaccionar.
"Estamos sorprendidos con descubrir que la tasa de lesiones era considerablemente menor en accidentes donde los abuelos eran los conductores", dijo el doctor Fred Henretig, un especialista en medicina de emergencia en el Hospital Infantil de Filadelfia y el principal autor del estudio.
Evidencia previa indica que los accidentes vehiculares son más comunes entre conductores ancianos, principalmente los mayores de 65 años. El estudio observó las lesiones en lugar de quién tuvo más choques y encontró que el riesgo de los niños de salir lastimados era 50% menor cuando iban con sus abuelos que con sus padres.
Los resultados son de un análisis al cobro de pólizas hecho a la aseguradora State Farm entre 2003 y 2007 por accidentes vehiculares en 15 estados y entrevistas con los conductores. Los datos incluyeron casi 12 mil niños de hasta 15 años de edad.
Henretig, de 64 años, informó que el estudio fue motivado por su propia experiencia cuando su primer nieto nació hace tres años.
"Me encontré nervioso en las ocasiones cuando llevábamos en coche a nuestra nieta y realmente me pregunté si alguien se había dado cuenta de esto antes", dijo el médico.
Las razones de los inesperados hallazgos son inciertos, pero los investigadores tienen una teoría.
"Tal vez los abuelos se ponen más nerviosos cuando se trata de conducir con la 'preciosa carga' de sus nietos y establecen hábitos más cautelosos para conducir" y compensar así cualquier desafío relacionado con la edad, escriben los investigadores.
Joseph Schofer, profesor de la Universidad Northwestern, un experto en transporte que no participó en la investigación, destacó que el promedio de edad de los abuelos estudiados era de 58 años.
"Los abuelos de hoy no son tan viejos" y no se ajustan a la imagen del viejo conductor discapacitado, dijo. "Ninguno de nosotros debería representar a los abuelos como una especie de cojos al volante".
Los abuelos fallaron en una medida de seguridad. Casi todos los niños iban en asientos especiales o con el cinturón puesto, pero los abuelos eran menos propensos a seguir las prácticas recomendadas, lo que incluía colocar el asiento infantil en el asiento de atrás y de espaldas. Sin embargo, eso no afectó las tasas de lesiones.
Sólo 10 de los niños en el estudio iban con sus abuelos conductores, pero sufrieron proporcionalmente menos lesiones.
En general, el 1,05% de los pequeños resultaron lastimados cuando iban con sus padres, con respecto al 0,70% de aquellos que iban con los abuelos, o un 33% menos de riesgo. La diferencia era incluso más pronunciada cuando los investigadores tomaron en cuenta otras cosas que podrían influir en las tasas de lesiones, como no usar asientos especiales para niños y vehículos más antiguos.
Los niños sufrieron tipos similares de lesiones sin importar quién iba al volante, incluyendo concusiones, otras lesiones de cabeza y huesos rotos.
El estudio no incluye información sobre muertes, pero Henretig dijo que había pocas. También faltaba información sobre los tipos viajes de coche involucrados; por ejemplo, conducir en el congestionado tráfico de la ciudad puede incrementar las posibilidades de choques con lesiones.
Schofer, el profesor de Northwestern, dijo que otras circunstancias sin estudiar podrían jugar un papel. Por ejemplo, los abuelos podrían distraerse menos y estar menos agotados que los ocupados padres que dejan a sus hijos en la escuela mientras se apresuran a llegar al trabajo o a hacer mandados. Además, los viajes en coche pueden ser tiempo dedicado a la familia para los conductores mayores y sus nietos, dijo Schofer.