Las salamandras evolucionan a corto y medio plazo para adaptarse a ecosistemas alterados por el hombre, en concreto a entornos en los que se han construido carreteras, según un estudio publicado hoy en la revista británica "Nature Scientific Reports".

Aunque las consecuencias ecológicas de las carreteras son conocidas, sus efectos sobre la evolución todavía se desconocen por completo, según ha indicado el biólogo y autor de la investigación, Steven Brady, de la Universidad estadounidense de Yale.

No obstante, se sabe que esta construcción tiene un "impacto negativo" sobre la población local de salamandras.

En su estudio, Brady analizó la población de salamandras en pozas situadas junto a varias carreteras estadounidenses, en las que abundan sustancias contaminantes, y otras poblaciones que vivían unos pocos centenares de metros más allá, en áreas forestales.

Así, descubrió que el porcentaje de sobrevivencia de los anfibios que viven en charcos junto a las carreteras es del 56 por ciento, frente al 87 por ciento de las que viven en los bosques. 

Sin embargo, Brady observó que los embriones de salamandras en las pozas de los márgenes de las carreteras tenían una tasa de supervivencia un 25 por ciento mayor que los de las zonas forestales. 

Estos datos le llevaron a pensar que incluso algunas especies de vertebrados se podrían adaptar y sobrevivir en condiciones adversas para ellos, creadas por el hombre.

Pese al efecto negativo de las carreteras sobre estos anfibios, las conclusiones de Brady muestran que hasta en escalas espaciales pequeñas, la población local de seres vivos responde y se adapta a las modificaciones del hábitat causadas por el hombre. 

En este caso, las carreteras funcionan como "nuevos agentes" del proceso de selección natural, ya que provocan cambios evolutivos en la fauna que vive en ese área, añade Brady.

Hasta ahora, se había ignorado la posibilidad de que los procesos evolutivos actuasen lo suficientemente rápido como para que generasen una adaptación a corto plazo.

Sin embargo, los resultados de esta investigación sugieren que el proceso evolutivo y el proceso ecológico interactúan fuertemente, a corto plazo, y que se puede observar en superficies reducidas.