Es común que una persona con una alta carga laboral llegue a su casa cansada por la noche, duerma, se levante al otro día sin haberse recuperado y siga así por unos tres días, con la energía vital por el suelo. Pero no es normal que a eso a las 12 del día ya necesite un profundo descanso, porque simplemente "no puede más" y que, incluso, eso se multiplique todos los días -de lunes a domingo- por al menos tres meses.
No suena nada de alentador, pero eso es lo que viven quienes padecen el síndrome de fatiga crónica. Una enfermedad que cuesta identificar, porque suele ser confundida con depresión o problemas musculares y de la que poco se sabe sobre su origen. Aunque no hay consenso en la comunidad médica sobre las causas de esta patología, un médico belga parece estar apuntando a la razón.
Kenny de Meirleir, profesor de Fisiología de la Universidad Vrije de Bruselas, Bélgica, y que lleva más de 20 años estudiando el tema, publicará un estudio en el próximo número de la revista científica In Vivo que señala que la fatiga crónica es causada por alteraciones en la flora intestinal y que es posible detectarla a través de un examen de orina.
BACTERIAS Y CANSANCIO
La prevalencia mundial de la fatiga crónica va desde 0,5% hasta 2%. La variación depende de cuánto tiempo se considere como prudente para diagnosticar la enfermedad, que puede ir desde tres a seis meses. Quienes la sufren, según la tesis de De Meirleir, tienen un desequilibro en su sistema intestinal.
Francisco Radrigán, reumatólogo del Hospital Sótero del Río, explica que todos tenemos un equilibrio en el intestino, donde habitan bacterias y virus. Eso es normal, a menos que algunas comiencen a predominar por diferentes motivos, como exceso de antibióticos. Si eso sucede, se piensa que las toxinas podrían afectar distintos sistemas del organismo, por ejemplo, los músculos, y hacer que éstos no funcionen bien, no se nutran y diera la sensación como si estuvieran agotados.
A Radrigán ésta le parece una hipótesis interesante, pero advierte que aún no hay publicaciones oficiales que lo acrediten como causa. El estudio de De Meirleir podría ser un primer paso para que se establezca la razón del cansancio permanente.
DETECCION
En una entrevista que dio De Meirleir a la revista brasileña Veja, el médico comentó que en su estudio presentaría un examen capaz de detectar la enfermedad. Se trata de algo inédito y simple: identificar la cantidad de sulfuro de hidrógeno a través de la orina, que es una de las sustancias más tóxicas del organismo. "Este gas puede ser activado por una combinación de factores, como los alimentos o sustancias compuestas de metales pesados, que permiten a las bacterias reproducirse", dice De Meirleir a Veja. Lo que consiguió el especialista, además, es teñir de color este gas y, con ello, determinar la cantidad. Cuando hay exceso de este compuesto, se puede diagnosticar la fatiga crónica, ya que el gas afecta la actividad de las mitocondrias en las células, encargadas de producir la energía.