La ansiada felicidad es uno de los objetivos más perseguidos por los seres humanos a lo largo de su existencia. No obstante, su continua búsqueda puede tener un lado sombrío: si se torna obsesiva, puede ser frustrante y causar malestar.

Es el caso de aquella persona que anhela compartir su vida con el hombre o la mujer de sus sueños y que en la convivencia le hace la vida imposible. O el de quienes mueven cielo y tierra en su empresa para conseguir un ascenso, sólo para descubrir que el nuevo puesto les trae mil quebraderos de cabeza.

Al menos, es lo que sugiere una investigación internacional según la cual la sensación de fracaso y decepción que acompaña el intento de aplicar constantemente los consejos de autoayuda sin que consigan los efectos deseados, pueden sumir al "buscador de la felicidad" en un auténtico estado de tristeza y frustración.

De acuerdo al estudio elaborado por las psicólogas June Gruber, Iris Mauss y Tamir Maya, de las universidades de Yale y de Denver, en Estados Unidos, y Hebrea de Jerusalén, en Israel, respectivamente, "no todos los tipos y grados de felicidad son igualmente buenos, e incluso perseguir la felicidad puede hacer que la gente se sienta peor".

"Quienes quieren sentirse más felices pueden elegir entre una multitud de libros que les guíen sobre cómo hacerlo, pero fijarse una meta de la felicidad puede ser contraproducente", han señalado las autoras del trabajo, según las cuales "una de las muchas desventajas de la felicidad es que las personas que luchan por encontrarla pueden terminar peor que cuando comenzaron".

Las investigadoras llegaron a estas conclusiones, después de realizar un experimento en el que comprobaron que las personas que leyeron un artículo de prensa alabando el valor de la felicidad se sintieron peor después de ver una película con una trama feliz, comparados con aquellos que previamente habían leído un artículo en el que no se aludía la felicidad.

Según este equipo de psicólogas, este fenómeno se debe a que, cuando una persona no termina siendo tan feliz como esperaba, se siente decepcionada y su sensación de fracaso puede hacer que se sientan aún peor que al principio.

"Para cada persona la felicidad es algo diferente y puede definirse como un estado mental de plenitud, paz interior y bienestar, que puede obtenerse por distintos medios, aunque muchas veces tenemos resistencias psicológicas a alcanzarla", señala la experta en crecimiento personal María Campos Oliva.