Quedarse sentado frente al ordenador o la televisión hasta altas horas de la noche o dejarlos encendidos cuando uno se queda dormido podría aumentar las posibilidades de caer en depresión, según un estudio realizado por científicos estadounidenses.

El estudio, realizado por un equipo de neurólogos en el Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio y financiado en parte por el Departamento estadounidense de Defensa, dará algo en qué pensar a las aves nocturnas adictas a la pantalla.

Los investigadores expusieron hámsters a una luz tenue por la noche y registraron cambios de comportamiento y en el cerebro muy similares a los síntomas de las personas deprimidas. Los expertos afirman que un aumento en la exposición a luz artificial por la noche en los últimos 50 años ha coincidido con las crecientes tasas de depresión, especialmente entre las mujeres, que son el doble de propensas que los hombres.

"Los resultados que encontramos en los hámsters coinciden con lo que sabemos de la depresión en los humanos", dijo Tracy Bedrosian, que dirigió el estudio, publicado en la revista Molecular Psychiatry.

Aunque la exposición a la luz nocturna se ha vinculado con un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama y obesidad, se sabe muy poco sobre su relación con los desórdenes anímicos.

Los hámsters que participaron en el experimento fueron expuestos a cuatro semanas de luz tenue por la noche, equivalente a una pantalla de televisión en una habitación oscura, y los resultados se compararon con un grupo de control expuesto a un ciclo normal de luz y oscuridad.

El grupo experimental volvió después a un ciclo normal durante una, dos o cuatro semanas antes de su análisis.

Los resultados mostraban que eran menos activos y tenían menos interés del habitual en beber agua azucarada, dos síntomas comparables con los signos de la depresión en la gente.

Las similitudes se extendían a su composición biológica. Los investigadores hallaron cambios en el hipocampo -una parte del cerebro- coincidentes con los de la gente deprimida.

Los roedores expuestos a la luz nocturna también mostraban más proporción de una proteína llamada factor de necrosis tumoral (TNF), un mensajero químico que se moviliza cuando el cuerpo sufre daño o infección, y que causa inflamación en sus esfuerzos por reparar el daño.

En su estudio, los expertos hallaron que los síntomas generales de depresión eran reversibles en los hámsters que volvieron a un ciclo normal de luz y oscuridad tras dos semanas.

"Las buenas noticias son que la gente que se queda hasta tarde frente a la televisión y el ordenador podría poder deshacer algunos de los efectos dañinos sólo con volver a un ciclo regular de luz y oscuridad y minimizando su exposición a luz artificial por la noche", dijo Bedrosian.