Tres bombas explotaron hoy en Palma de Mallorca sin que se produjeran heridos, confirmaron fuentes de la lucha antiterrorista española.
El primer artefacto explosionó dentro del restaurante La Rigoletta y el segundo en el restaurante Enco, cuyos locales se encuentran situados frente a la playa de Can Tere Antoni.
Una tercera bomba colocada por la banda explotó, de forma controlada, en un hotel de la ciudad. Agentes de seguridad habían desalojado previamente el hotel.
Las explosiones se produjeron después de que la banda independentista vasca ETA avisara por teléfono de su colocación a una emisora de Radio Taxi del País Vasco. Según la información, una bomba estallaría entre las 12:00 y las 18:00 horas. En ese momento, las autoridades policiales evacuaron la zona.
Ambos artefactos eran de escasa potencia. Se sabe que uno de ellos se encontraba oculto en el interior de una mochila, escondida en el falso techo del baño de señoras. El edificio había sido previamente desalojado por las fuerzas de seguridad.
"Hay mucha confusión. Han desalojado todos los restaurantes menos el nuestro. No nos dicen nada", dijo el propietario del restaurante La Caballeriza Jorge Beltramino, al canal CNN.
Estos son los segundos atentados que ocurren en las islas Baleares este verano. El anterior, acaecido en Palmanova, se saldó con la muerte de dos guardias civiles.
Además, el crimen ocurre horas después de que la banda terrorista ETA reivindicara la campaña de bombazos que está sacudiendo al país en las últimas semanas, mediante un comunicado publicado en el diario nacionalista "Gara".
ETA dijo en su declaración que fue la responsable de colocar dos bombas que explotaron a finales de julio en un edificio residencial de Burgos y en el ocurrido en Palmanova donde murieron los dos oficiales.
Además, la organizacióno separatista subrayó que la labor de la policia era "estéril".
El grupo también atentó en julio contra las oficinas del Partido Socialista en el poblado español de Durango y colocó en junio la bomba en un vehículo en Arrigorriaga, que mató al inspector de policía Eduardo Antonio Puelles, asignado a una unidad de lucha contra el terrorismo vasco.