La encefalopatía traumática crónica (ETC) es una patología de mucho cuidado, compuesta de varios episodios menores, que sumados provocan graves consecuencias con el paso de los años, especialmente en los deportistas.

Según Roberto Maturana, neurólogo y director médico de la Clínica Los Coihues, "la ETC se produce por el efecto acumulativo de varias contusiones cerebrales, leves o moderadas, sobre el encéfalo. Esto incluye golpes que no hayan dejado una secuela visible o que no hayan provocado pérdida del conocimiento".

La contusión, dice Maturana, "provoca inflamación y pequeños desgarros y hemorragias, daños de los que el cerebro se debe recuperar con un tiempo de reposo de varios días. Si el deportista sigue practicando, tiene más riesgo de un nuevo golpe y de agravar la situación".

Jacqueline Scherpenisse, neuróloga de la Clínica Las Condes, explica con un ejemplo lo que ocurre luego de un golpe en la cabeza: "Imagine que el cerebro es como una jalea y el cráneo, un recipiente de vidrio. Cuando se golpea la cabeza, el cerebro que tiene una masa distinta a la del cráneo, se golpea contra él a una determinada velocidad dependiendo del impacto que recibió. Después de este segundo golpe, vuelve a su lugar, pero la desaceleración también provoca un rompimiento de fibras y conexiones neuronales".

Los perjuicios que pueden causar estas contusiones suelen ser muy graves. "Cuando se producen varios de estos golpes a lo largo de la vida, los pequeños daños acumulados generan un tipo de demencia, similar al Alzheimer", detalla Scherpenisse sobre esta patología que cada vez está más presente en los ex deportistas.