Hay dos razones por las que Eugenio Campos Lucero decidió en 1999 ingresar a la Fiscalía Militar tras titularse como abogado ante la Corte Suprema.
La primera fue "el honor de servir a la patria", como comenta cada vez que alguien le pregunta y, la segunda, está marcada por su cercanía con el fallecido auditor general del Ejército Juan Arab.
El alto oficial -quien investigó el caso Antuco e integró el máximo tribunal del país- fue su profesor en la Universidad Bernardo O'Higgins, y Campos se desempeñó como su ayudante en la cátedra de Procesal Penal.
Punta Arenas fue la primera destinación de quien ostentó el grado de oficial de justicia durante tres años, debiendo incluso usar uniforme militar para ejercer sus funciones. De esta ciudad, Campos se enamoró. Lleva 18 años radicado ahí y es donde piensa pasar el resto de su vida. Su apego por la capital de la provincia de Magallanes sellaría su destino personal y laboral.
Ahí conoció a su actual esposa, quien trabaja en el Poder Judicial, tuvo una hija y fue esa jurisdicción -que abarca el puerto del extremo sur del país y la Antártica- la que determinó que sea él y no otro fiscal regional el encargado de investigar la malversación de caudales públicos en Carabineros, la más grande de la década y, quizás, de la historia.
Eugenio Campos Lucero cumple hoy 43 años. Aunque tenía un bajo perfil público, actualmente es conocido en su zona y a nivel nacional como el fiscal del Ministerio Público que tiene en sus manos la causa en que hay más de 40 carabineros sospechosos de participar en un desfalco de más de $ 16 mil millones al Fisco.
De uniformados este abogado sabe. El subdirector de la Unidad Especializada en Lavado de Dinero, Delitos Económicos y Crimen Organizado (Ulddeco), Marcelo Contreras, asegura que el paso de Campos por la justicia militar ha sido un valor agregado para el equipo que lidera. "Eugenio conoce los códigos y estructuras de una institución jerarquizada como Carabineros y, al momento de interrogar, ocupa eso realizando preguntas adecuadas, es calmo, y también arremete en los momentos precisos de las diligencias", dijo el directivo de la Fiscalía Nacional.
Campos colgó el uniforme de fiscal militar en junio de 2002. Ese año, la Reforma Procesal Penal se instalaba en las regiones extremas del país y decidió postular al entonces naciente Ministerio Público. Fue uno de los miembros más jóvenes en ingresar y lo hizo al cargo de fiscal adjunto. Ezzio Braguetto, actualmente miembro de la Fiscalía Oriente, hizo el mismo camino y recuerda: "Fuimos fiscales militares en Punta Arenas; por esos años se dio una migración de varios oficiales de justicia al Ministerio Público por mejores perspectivas económicas y también porque cuando se creó la figura del fiscal en el nuevo sistema procesal penal, el rol del fiscal militar era muy parecido y había muy buenos investigadores, por lo que el traslado de una institución a otra se fue dando de forma natural".
Uno de sus compañeros en la jurisdicción militar, que prefirió no identificarse, sostuvo que mientras Campos fue oficial de justicia le tocó indagar un caso en que había comprometidos dineros fiscales, en el marco de una indagatoria por fraude en licitaciones del Ejército.
"Le gustaba mucho su trabajo y de verdad creo que le debe haber dolido haberse dado cuenta de lo que estaba pasando en Carabineros; conociéndolo, no creo que el tema le haya sido indiferente y, por lo mismo, estoy seguro de que va a investigar hasta el final. Acá nadie lo va a poder acusar de que 'cortó el hilo por lo más delgado', por el contrario, el destino quiso que él sea quien instruya esta causa en que si hay que 'cortar hilos gruesos' lo hará", asegura este retirado fiscal militar.
Trabajo presencial
Hijo de un mecánico y una dueña de casa, estudió en el Instituto Nacional, donde destacó como uno de los mejores de su generación. El fiscal Campos repite a sus cercanos el orgullo que siente por sus padres, que lo central en su vida es su familia y que cada logro ha sido a punta de esfuerzo personal. En la mañana estudiaba y en la noche trabajaba, recuerdan cercanos.
En las últimas semanas, Campos ha debido viajar en reiteradas ocasiones a realizar rondas de interrogatorios y a liderar las formalizaciones en Santiago. "A diferencia de otros fiscales, el fiscal Campos gusta del trabajo en equipo y nos lo hace sentir. Pese a que la investigación la dirige él como fiscal regional, escucha nuestras opiniones y le gusta participar directamente en las diligencias, en las confecciones de oficios, en los interrogatorios, en las reuniones del equipo, en todo", ejemplifica Contreras, de la Fiscalía Nacional.
Egresado con la máxima distinción de su casa de estudios en 1998, Eugenio Campos organizó un magíster, en coordinación con la Universidad de Chile, sobre Derecho Penal en Punta Arenas, capacitó a fiscales en México y fue becado en un curso de litigación oral en Estados Unidos. "Estudia mucho, ha sido profesor titular en la Universidad de Magallanes, se nota que le gusta la academia, pero más investigar", dice su ex compañero de la Quinta Fiscalía Militar.
La meta
El 10 de abril de 2016, Eugenio Campos se recuperaba del Medio Maratón del Glaciar en El Calafate, Argentina, tras completar la corrida de 10 kilómetros en el puesto 61.
Un año después estaba sentado en el 7° Juzgado de Garantía de Santiago, donde lideraría una maratónica jornada de formalizaciones de otras 15 personas.
Aunque esperaba superar este año su posición en la carrera, en octubre de 2016 la Unidad de Análisis Financiero (UAF) hizo llegar a su fiscalía un "reporte de operación sospechosa" y, tras las primeras diligencias, el fiscal Campos entendió que sus planes y su meta cambiarían.
El fiscal jefe de Punta Arenas, Fernando Dobso, confidencia que "durante varios meses Eugenio trabajó de forma reservada en este caso, había muchas personas de la fiscalía que se enteraron por la prensa de esta megainvestigación".
Una vez que el general director de Carabineros, Bruno Villalobos, develó en conferencia de prensa las irregularidades en el Departamento de Finanzas, Campos reunió a su equipo de trabajo y les explicó que necesitaría de su apoyo. "Nos dijo que de ahora en adelante se ausentaría varias veces de la región, pero que por ningún motivo quiere descuidar la gestión acá. Pidió que redoblemos esfuerzos, él sabe que lo que logre será un prestigio para el país, para el Ministerio Público y también para quienes trabajamos en esta institución en zonas extremas", explicó Dobso, quien queda como fiscal regional (S) cada vez que Campos debe viajar a Santiago.
Un fiscal impensado
El 9 de noviembre de 2015, el entonces fiscal jefe de Punta Arenas, Eugenio Campos, postulaba ante la Corte de Apelaciones de Magallanes al cargo que había dejado Juan Agustín Meléndez. En el último punto de su alocución, tras referirse a problemáticas locales como el abigeato, Campos manifestó su preocupación por los delitos contra la probidad pública. "Es mi preocupación dar frente a estos delitos una respuesta clara y firme en la persecución penal, sean ellos cometidos por funcionarios públicos como particulares", advirtió.
Campos recibió tres votos, liderando la terna junto a un directivo de la Fiscalía Nacional. No era el favorito, sin embargo, Sabas Chahuán lo designó en la vacante. "Fue sorpresivo, todos pensamos que sería otro el elegido, y si bien a sus amigos nos dio alegría, también daba tristeza pensar que por su alto cargo debería dejar su pasión, que es litigar..., pero mira, ahora está a cargo de una de las investigaciones más importantes", comenta el fiscal Dobso.
Eugenio Campos se transformó en un fiscal regional impensado, como también lo era el que dirigiera esta investigación. Una vez que el tribunal de Punta Arenas se declaró incompetente, se especuló que el caso llegaría a manos de un fiscal de Santiago. Sin embargo, el fiscal nacional, Jorge Abbott, le dio un espaldarazo y lo apoyó para que continuara con la indagatoria.
Pero no todo ha sido fácil para Campos. En 2009 debió enfrentar una investigación tras la querella que presentó el ex fiscal militar Marcos Ibacache. En el marco de una indagatoria por drogas, Campos formalizó a su ex compañero en la repartición castrense de Punta Arenas en base a unas escuchas telefónicas.
"A mí ese caso me marcó. Me pidieron la renuncia y toda mi carrera en el Ejército quedó trunca. Pude demostrar que la acusación era falsa, me sobreseyeron, pero nunca voy a entender por qué Eugenio me hizo esto", afirmó Ibacache a Reportajes. La indagatoria penal contra Campos también fue sobreseída tras sostenerse que no hubo delito por parte del investigador.
En Punta Arenas todos se ubican y el fiscal Campos ya era reconocido por los habitantes de esa ciudad. Sin embargo, aparecer liderando el caso de Carabineros le ha dado un estatus distinto. Los taxistas le conversan, la gente en la calle lo para y le pide que siga adelante y que llegue "hasta el final".