Eugenio García está en la terraza de su departamento, con un libro y un parlante de música a su lado, y dice que por lo pronto va a "respirar un rato". Han sido dos años de trabajo duro: el viernes pasado se materializó su despido de TVN, donde por dos años ocupó el puesto de director de programación. El creativo, famoso por ser uno de los artífices de la campaña del NO, había llegado a TVN cuando la señal llevaba un año en cuarto lugar; no han logrado salir de ahí, y García vio además el paso de tres directores ejecutivos. El tercero de estos, Jaime de Aguirre, asumirá su puesto en doble función.
¿Fue sorpresiva su salida? ¿O la esperaba desde que llegó el nuevo director ejecutivo?
No fue sorpresiva; yo pensaba que era una de las alternativas que había para tratar de dar un vuelco, que era lo que tanto Jaime o el directorio querían.
¿Hubo algún enfrentamiento con De Aguirre o con Ricardo Solari?
Ninguno. Nunca. Con Jaime me llevo muy bien, tengo las mejores relaciones con él. Además le tengo mucho respeto, creo mucho en lo que él hace, aunque no siempre tengamos las mismas opiniones, o la misma visión.
Revisando su paso por TVN: cuando llegó había un área dramática desarmada y no muchos proyectos en carpeta.
El canal en general estaba bastante desprovisto. Hay que pensar que esta crisis que vive TVN empezó mucho antes, cuando un grupo de ejecutivos muy importante se fue a Canal 13, y después se fue todo el área dramática a Mega. Súmale el efecto de que el canal público se considera del Estado y hay un problema de marca con el que el canal se tiñe y la gente se aburre de verlo. Hay un enojo con respecto a todo lo que está pasando a nivel institucional.
¿Así como que la indignación de las marchas se replica con el canal?
En los estudios de marca que teníamos pasaba eso, era castigado el canal y dejó de ser tan querido. Y te cambias. La televisión es muy de hábitos, estás siempre viendo lo mismo, volver a recuperar eso es difícil y lento.
Pareciera que la gente dejó de ver el canal de un plumazo, pero finalmente fue un proceso más largo.
El matinal empezó a caer desde que apareció Bienvenidos en la competencia, y eso con Felipe Camiroaga en pantalla. Y el matinal es fundamental en un canal de TV abierta. Lo mismo las teleseries. Son los pilares donde te apoyas, uno alimenta a otro y se calienta la pantalla. Ambas cosas empezaron a caer paulatinamente desde el 2014, un poco antes. Y después súmale la crisis a nivel ejecutivo.
El matinal se convirtió en su Talón de Aquiles. ¿Qué faltó ahí que se hizo tan difícil?
El programa mismo es difícil, son cinco horas al aire. Por lo tanto lograr encontrar la fórmula perfecta de los ejecutivos adecuados y la pantalla adecuada, es difícil. Requiere mucho tiempo llegar a una buena consistencia, todavía le faltan más cambios para llegar a eso. Pero eso pasa por tener a personas disponibles, tener las lucas para contratarlas, que en el canal estén las condiciones para que estas lleguen, es complejo.
¿Se perdió la mística en TVN?
En un momento sí, había bastante desazón y personas desalentadas, pero creo que se ha recuperado. Espero que mi salida no signifique un desánimo, porque no tendría por qué serlo.
¿Cómo ve el contexto del canal, que no logra salir de la crisis?
Está complicado, porque las lucas están complicadas. Vienen los informes económicos y seguramente no estarán muy buenos. El canal tiene una desgracia que es que el dueño no puede capitalizarlo sin más y tiene que pasar por una ley nueva. Eso es lo que se está discutiendo. En todos los demás canales ha habido capitalizaciones. Y hay una dificultad adicional, que TVN no puede contraer deudas sin un aval, que es el Estado y que por ley no puede hacerlo tampoco. Ya hemos visto a todos los canales en el cuarto lugar, Mega, CHV, Canal 13, y han salido de eso con capitalizaciones.
Tras dos años de crisis, ¿sigue siendo necesario un canal público?
Totalmente. Soy fan de TVN a muerte, y lo siento como una empresa querida desde el año 90, cuando empecé a trabajar ahí como asesor. Me parece que es importante porque hay dos instituciones que se preocupan de lo público en un país. Uno es el gobierno, lógico, y el otro es la TV pública. No hay otro que vele por el bien de otros, todas las demás instituciones y empresas velan por sus intereses particulares, y está bien que así sea, es su función. La TV pública es la única capaz de crear cultura nacional a través de sus pantallas. Y si eso no está en un manejo que sea desinteresado, se corre un riesgo. Hoy este es el único canal que es de todos los chilenos, todos los demás pertenecen a grupos y personas particulares.
Cuando Carmen Gloria López le fue a ofrecer este trabajo, usted tenía su empresa exitosa. ¿Por qué volvió a TVN?
Por cariño a la marca. Y por un cierto afán público, me gusta lo público.
Y un factor de ego.
No necesariamente, porque el cargo no es muy halagador. Yo asumí este puesto y empecé a recibir insultos diariamente. Es muy ingrato. La gente no conoce la complejidad de la programación, así que recibes insultos por Twitter, por ejemplo, y la propia gente del canal encuentra que lo haces pésimo. Esta, finalmente, es una industria de personas, y las personas tienen estas veleidades, y hay que administrarlas. Así que de ego nada, me lo han bajado al suelo (se ríe).
¿No se arrepiente de haber tomado el cargo? Se ve como una serie de dolores de cabeza.
No para nada. Son dolores de cabeza, pero también satisfacciones. Y un sentido de responsabilidad, nosotros tenemos que hacer cosas por el país en que vivimos y aplicar nuestros mejores esfuerzos para que mejore. Y la TV puede ser mejor. Poquito a poquito logramos algunas cosas.
La industria chilena tiene cuatro canales competitivos para poco público. ¿Cómo describiría hoy el presente del negocio?
Es así: hoy todos pierden plata. En este trimestre, probablemente Mega se recupere. Y una industria así no se puede mantener porque es demasiado caro. Y más todavía con la nueva ley que obliga a digitalizar todo, que está bien hacerlo, pero significa muchas lucas. Están subiéndose unos encima de otros para sobrevivir.
Considera este paso por TVN un éxito o fracaso.
Si miro mi carrera a través de los puros éxitos, diría que no logré que este canal repuntara. Pero por otro lado, cuando entendí que este no era un trabajo de triunfo personal, sino que tenía que dejar un aporte en el canal, me puse varios propósitos. Y cumplí la mayoría, como el área dramática, dejar andando el matinal, y así. Con eso me voy satisfecho.