Con 20 minutos de retraso, el vuelo GW9525 de la compañía Germanwings, filial de Lufthansa, despegó ayer del aeropuerto de El Prat en Barcelona, poco antes de las 10 de la mañana. Tenía previsto aterrizar en la ciudad alemana de Düsseldorf a las 11: 55, hora local. Pero a las 10:31, comenzó a perder altura y minutos más tarde se perdió el contacto con la aeronave, que finalmente se estrelló contra una de las zonas más remotas de los Alpes franceses, el macizo de Les Trois Eveches.

El avión viajaba con 144 pasajeros a bordo y seis tripulantes, un total de 150 personas que fallecieron en el lugar, según reconocieron las autoridades francesas.

Al menos 67 eran ciudadanos alemanes y la mayoría regresaba a casa luego de pasar unos días en Barcelona y Palma de Mallorca. A su vez, 45 de los pasajeros tenían apellido español, lo que se convirtió en la mayor tragedia para España, en cuanto a víctimas en vuelos extranjeros.

Se trata de una verdadera catástrofe para la aeronáutica europea, ya que es el peor accidente de una línea de bajo costo de la Unión Europea y del primer siniestro en territorio francés desde el accidente del Concorde, en París en julio de 2000.

Hasta anoche se desconocían las causas del accidente, pero el avión fue detenido varias horas el lunes en Düsseldorf por un problema técnico, según informó la compañía Lufthansa.

El avión era piloteado por un comandante con 10 años de experiencia y seis mil horas de vuelo. La aeronave fue construida en 1990 y entró en servicio en 1991. Antes de pasar a conformar la flota de Germanwings, había volado para Lufthansa y era uno de los aviones más viejos de la compañía.

"En este momento, decimos que se trata de un accidente, cualquier otra cosa sería especulación", afirmó ayer la vicepresidenta para Europa del grupo Lufthansa, Heike Birlenbach, en el aeropuerto de Barcelona.

El avión, que era un Airbus A320, comenzó a descender apenas un minuto después de haber alcanzado la altura de vuelo prevista y siguió perdiendo altura durante ocho minutos hasta desaparecer de los radares (ver infografía).

El lugar del accidente es una zona con varias complicaciones. No tiene acceso por la carretera, sus montes alcanzan los 3 mil metros y el frío, la poca visibilidad, y nevados, hicieron la tarea difícil a los rescatistas y equipos que intentaron llegar al lugar. Los helicópteros de rescate que localizaron restos de fuselaje y algunos cuerpos describieron un panorama desalentador: no se podían identificar partes completas del avión, sólo pequeños escombros y no encontraron, aparentemente, sobrevivientes. Según explicaron, tomará días recuperar los cuerpos por las dificultades del terreno, la nieve y las próximas tormentas.

"El lugar muestra la imagen del horror", manifestó el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank Walter Steinmeier, quien sobrevoló el área ayer. Una de las cajas negras del avión ya fue localizada y está siendo analizada por expertos franceses.

Durante la noche, los helicópteros de rescate cancelaron temporalmente su trabajo por falta de visibilidad, según informaron los medios franceses, pero continuarían hoy.

Las víctimas

Con el pasar de las horas, se conocieron algunas identidades de las víctimas. Entre los 150 pasajeros, por ejemplo, había dos recién nacidos.

También había 16 alumnos alemanes de entre 15 y 16 años, junto con dos profesores que volaban de vuelta a casa después de haber participado de un programa de intercambio de una semana en España. Bodo Klimpel, el alcalde de la localidad alemana de Haltern, de donde procedían estos adolescentes, aseguró que la ciudad vive el "día más negro de su historia". Entre los fallecidos también están los cantantes de ópera del teatro Opera de Dusseldorf, Oleg Bryjak, y María Radner que regresaban a Alemania desde Barcelona.