Cada 10 años, aproximadamente, aparece una nueva red de comunicación para sistemas móviles. A inicios de los 80 se lanzó el 1G, el primer sistema de transferencia de datos móviles. Permitía una velocidad similar a la de una conexión a internet por módem (para bajar una canción se requería, en promedio, una media hora), mientas que la actual red, la 4G o LTE, lanzada en Chile en 2013, permite acceder a servicios vía streaming en HD, bajar archivos en segundos y navegar a una velocidad similar a la del Wi-Fi hogareño.
Pero como es costumbre en esta industria, mientras los usuarios se adaptan a la llegada de este nuevo protocolo, esta ya trabaja en la próxima versión.
Es por eso que, durante la inauguración de la última edición de la feria de tecnología CeBit, que se desarrolla en Hannover, Alemania, el primer ministro de Gran Bretaña, David Cameron, junto a la canciller alemana, Angela Merkel, anunciaron un plan conjunto para el desarrollo de la tecnología 5G, la quinta generación de conectividad digital, que promete no sólo altas velocidades, sino que ser el motor de toda una nueva generación de dispositivos conectados a internet.
Cameron dijo que se destinarán 90 millones de euros a esta tarea, encargada a la U. de Dresden (Alemania), la U. de Surrey y el King's College de Londres, ambos de Gran Bretaña, y que el protocolo podría estar listo en 2020.
PELICULAS EN UN SEGUNDO
La primera pregunta cuando llega una nueva red móvil es qué tan rápido puede ir. Se espera que el 5G llegue a un límite potencial de 100 Gbps y un mínimo real de uso en movimiento de 10 Gbps, mil veces más rápido que el potencial que puede actualmente dar una red 4G.
En un ejemplo citado por Cameron, si hoy un archivo de 800 megabytes -como una película en resolución estándar- se descarga en 40 segundos, el mismo archivo descargado con 5G tardaría un segundo.
Otro factor importante es la latencia, es decir, la velocidad con la que un celular se comunica con la red para iniciar la descarga, la que, según compañías como Huawei, que actualmente trabaja en el sistema, será de un milisegundo, permitiendo que un video comience a cargar apenas se toque la pantalla.
Werner Creixell, profesor de la carrera de Ingeniería Civil Telemática de la Universidad Técnica Federico Santa María, señala que lo que viene ahora es una pugna entre diferentes consorcios de marcas, apoyados por instituciones académicas, para definir quién desarrollará finalmente el estándar y cómo será ejecutado.
"Es una gran oportunidad para las compañías de crear tecnologías que hagan uso de sus patentes y así recuperar sus inversiones. Es por eso que las definiciones de este tipo de estándar suelen tomar mucho tiempo", dice.
Si bien el estándar está en pañales, Creixell asegura que uno de los principales desafíos de la nueva generación móvil será ver cómo la señal llegará finalmente a los teléfonos.
"Probablemente, en lugar de tener una sola antena, tendremos que usar microceldas que se colocarán en quioscos, postes o, incluso, en edificios para expandir la señal", un método que funciona muy bien en lugares con alta densidad de población, pero que necesitará otras soluciones para llegar a lugares alejados o para personas en movimiento.