Eva Gómez vive sus primeros minutos como animadora oficial del Festival de Viña pidiendo un jugo de chirimoya en la terraza de un café . Cuenta que su mamá le aconsejó que se relajara. Que confiara. Y en su primera entrevista tras ser anunciada públicamente por Chilevisión -el canal, además, entregó nuevos artistas (ver pág. 44)-, dice que "espero estudiar hasta que me agote... Pretendo dejar el corazón y el pellejo en esta pasada". Para eso la conductora del certamen junto a Rafael Araneda planea dejar por un tiempo El diario de Eva, aunque explica que esto aún no se ha definido.
¿Cómo será su estilo de animación en Viña?
Ser yo. Ojalá que me dejen serlo. Si el canal me ha elegido es porque tienen que haber visto cosas buenas, que tengo que desarrollar y potenciar. Tengo mucho que aprender, lo sé. Desde que entré a la televisión nadie me ha enseñado, siento que esto va a ser como un máster en conducción y pretendo que el aprendizaje no me saque de lo que soy: una mujer con 39 años que tiene tres hijos. Y para eso no necesito cartera Louis Vuitton. Para animar Viña no necesito parafernalia, ni tanto adorno, ni tacos de 25 centímetros o estar pintada como payaso o con el pelo de peluquería todo el rato. Solo necesito mucha preparación, templanza, esfuerzo y ser lo que soy.
¿Cómo es su relación con Rafael Araneda?
Lo conozco principalmente por la televisión y, en este último tiempo, desde que llegó al canal, y de repente bromeamos. Es un excelente conductor y animador. Tiene esa dualidad de poder hacer ambas cosas, que para mí son diferentes.
Este año trascendió que lo principal era elegir al animador de Viña y que la conductora era un tema secundario. ¿Qué papel espera tener?
Ser la partner de Rafael y que él también lo sea 100% de mí. Que ambos seamos generosos y si alguno se cae, ser lo más sencilla del mundo y decir: 'Me equivoqué, todo el mundo se equivoca'. Estoy postulando por la naturalidad sobre el escenario. Ahora, yo soy una mandada, y si me piden 'tú vas a decir esto y Rafael esto', yo tengo que responder 'okey'.
¿Cómo se preparará?
Espero tener un equipo que pueda ayudarme con un montón de cosas que no sé. Soy operada de las cuerdas vocales, porque tenía un quiste gigante. Entonces, me encantaría que un fonoaudiólogo pueda enseñarme a levantar la voz sin quedar disfónica o me dé un ataque de tos. También alguien que me pueda corregir y encauzar en cómo moverme en un Festival que es mucho más estelar, en una onda distinta a El diario de Eva, donde soy muy histriónica.
¿Cómo se vestirá?
Me encantaría que fueran diseñadores chilenos. Uno de ellos será Nicanor Bravo. Hay mucho talento acá como para tener que ir afuera a buscar vestidos. Tampoco tengo el porte para vestir de Valentino. No soy Sharon Stone, pero voy a tratar de verme lo más linda que pueda dentro de mis posibilidades. No he hablado con nadie todavía, aunque parece que me va a asesorar Vesna Bocic -especialista que asesora a conductores de CHV -.
¿Qué es lo que más sopesó cuando tuvo este ofrecimiento?
Que son tres meses intensos, de mucho trabajo y que coinciden con las vacaciones de mis hijos. Lo pensé mucho a nivel familiar. Además, viene mi matrimonio, el 18 de diciembre -con Pablo Morales, director de Contenidos y Producción de CHV y director general del Festival-. Mis hijos son mi principal apoyo y me dijeron 'dale mamá'.
Su relación con Pablo Morales, ¿la ayuda o la perjudica en este caso?
Llevo ocho años con Pablo Morales. Me siento muy orgullosa de ser su pareja, porque es una persona íntegra. Mi relación, a nivel profesional, me ha traído más prejuicios que beneficios. He debido tener una autoexigencia que probablemente no la tiene nadie, para que nadie pueda decir 'ah, Eva no vino a esta reunión por esto', o 'llegó tarde por esto'. Ser su pareja no es paralelo a estar conduciendo Viña, porque habría conducido millones de cosas que se hacen en el canal: Talento chileno, Fiebre de baile... Llevo ocho años en El diario de Eva, contenta, pero ocho años. Son dos cosas que no se pueden mezclar. Estoy de acuerdo en que algunos no crean que sea el nombre apropiado (para Viña), porque no puedo ser del gusto ni monedita de oro de todo el mundo, pero solo la falta de argumentos hace que la gente apele a esa razón tan pobre.
Se mencionó a Francisca García-Huidobro como uno de los nombres que podría haber estado en el certamen...
Podría haber estado Francisca García-Huidobro, podría haber estado Macarena Pizarro y un montón de gente. Pero el canal tomó la decisión de que, en esta pasada, fuera yo.
¿Cómo ve que quizá hoy no esté en su mayor peak televisivo como para afrontar el Festival?
Eso es cierto, porque las carreras son cíclicas y yo me mantengo en un espacio con sintonía y más de cinco mil horas en directo. La gente me conoce por ser la Eva de El diario de Eva, más que por eventos esporádicos en los que pudiera resaltar más... Además, yo quiero ver la manera de dirigir mi carrera, y es con trabajo, esfuerzo, dándole y dándole.
¿Proyecta seguir conduciendo el certamen por más años?
¡Pero si no lo hecho todavía! Tengo que hacerlo un año y ahí ver, pianito, pianito... Ver cómo me recibe el público, cómo es la evaluación del canal y cómo lo pasé yo.