"Sólo tuvimos tiempo para despertar y salir. No pudimos tomar nada. El fuego avanza muy rápido", dijo Rafael Solorio, en el condado de Napa, al diario San Francisco Chronicle. Precisamente ese condado, además de Sonoma y Mendocino, en California, se han convertido en un verdadero calvario para sus habitantes. Desde la noche del domingo han tenido lugar una seguidilla de incendios forestales, que se han propagado por barrios, calles, campos y hasta autopistas. El fuego se hizo incontrolable debido a las ráfagas de hasta 70 kilómetros por hora, lo que provocó que los incendios alcanzaran los 30 metros de altura. Además muchas zonas del corazón vinícola de California se convirtieron en cenizas.

El mes de octubre es conocido por ser el período de incendios en California debido a los "vientos del diablo". Debido a las altas temperaturas y a la sequedad de la maleza, el fuego se expande rápidamente, provocando fenómenos simultáneos. El peor incendio en la historia reciente fue en Cedar, en el condado de San Diego, en 2003, que destruyó más de 2.800 hogares. Y en 2007, otro incendio en el mismo condado destruyó 1.600 casas y 79 mil hectáreas.

Pero ahora, el foco está puesto en los condados vinícolas del "estado dorado". En Napa y Sonoma se ubican decenas de bodegas y viñedos que atraen a cientos de turistas diariamente. Hasta anoche, los incendios dejaban 15 muertos y 150 desaparecidos. Además, más de 1.500 hogares y negocios se quemaron y 30.000 personas fueron evacuadas por la potencia de las llamas. Las primeras víctimas identificadas fueron Charles y Sara Rippey, de 100 y 98 años respectivamente, quienes no pudieron escapar de su casa en el condado de Napa. Nueve personas murieron en Sonoma, según la policía.

Frente a una de las peores emergencias que ha vivido California y uno de los incendios más mortíferos en la historia de ese estado, el gobernador Jerry Brown declaró la noche del lunes estado de emergencia para ocho condados de California. En Napa y Sonoma, 100 personas ingresaron en hospitales con graves heridas por quemaduras y problemas por inhalación de humo. En esos condados, más de 100.000 personas se encontraban sin gas ni electricidad. Los bomberos luchaban anoche por controlar el fuego, que ha dejado más 46.000 hectáreas quemadas.

Existen aproximadamente 17 focos activos en una franja de alrededor de 360 kilómetros. Aunque aún no se conoce cómo empezaron los incendios, según expertos el fuego avanzó a gran velocidad por la combinación de fuertes vientos, la baja humedad, la sequedad y el calor.

Una de las zonas más afectadas es Santa Rosa, la ciudad más poblada (175.000 habitantes) del condado de Sonoma. Allí, la facilidad con que se propagó el fuego obligó a las autoridades a evacuar la zona. Sus calles lucían destruidas, con escombros y con unos pocos árboles después del paso de las llamas. En esa localidad, el fuego provocó además la evacuación de dos hospitales, negocios y escuelas, y destruyó dos grandes hoteles.

El humo de los incendios llegó este martes hasta San Francisco, casi 100 kilómetros al sur del foco del fuego.

Pero los incendios podrían aminorar. Daniel Berlant, subdirector adjunto de Departamento de Forestación y protección de incendios, Cal Fire, señaló que los vientos podrían disminuir a velocidades por debajo de las rachas registradas el lunes. El Servicio Meteorológico Nacional espera que las temperaturas en el área de North Bay, que incluye tres condados afectados baje durante el resto de la semana con ráfagas de hasta 20 kilómetros por hora, señaló The Washington Post. No obstante, todos los focos seguían activos.

Según The New York Times, en el norte de California los bomberos intentaban continuar con estrategias de contención, utilizando excavadoras para talar árboles. Además, utilizaban palas y sierras para crear líneas, "privando" al fuego de material para alimentarse y retenerlo. Eso, además de la ayuda aérea.