La idea de Grecia de regresar a los mercados de deuda este año está hallando oposición en los acreedores de su rescate, preocupados de que esto pueda permitir al gobierno helénico relajar sus esfuerzos destinados a recomponer la economía.
La Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han expresado la opinión de que el gobierno griego podría repetir errores anteriores si consigue liberarse de las ataduras de su plan de rescate, dijeron dos funcionarios, uno de Grecia y otro de la Unión Europea.
Solicitaron no ser nombrados dado que las discusiones son privadas.
Grecia cedió el control de su política económica y fiscal a la llamada troika cuando se vio obligada a buscar financiamiento de emergencia en 2010 a raíz de que sus finanzas escalaron en forma descontrolada. Dado que las garantías de la deuda pública del BCE impulsaron una recuperación en todos los emisores de deuda soberana de la eurozona, el primer ministro Antonis Samaras dice que se propone volver a recurrir a los mercados, marcando el fin del rescate griego que desató la crisis de la deuda europea.
"En la troika, ahora se dan cuenta de que cuando Grecia tenía un déficit de 10% y ellos tenían todo el poder negociador, se concentraron demasiado en la austeridad antes que en las reformas estructurales", dijo Michael Michaelides, estratega de tasas en Royal Bank of Scotland Group Plc de Londres.
"Un retorno al mercado significaría que algunas de las reformas más difíciles nunca se efectuarían", acotó.
Influencia de la troika
El rendimiento del bono de Grecia a 10 años vuelve a estar donde se hallaba antes de que estallara la crisis de la deuda, tocando un 6,65% la semana pasada, su nivel más bajo en casi cuatro años. Esto se compara con un récord de 37,1% registrado en marzo de 2012.
"Los rendimientos de los bonos griegos están bajando muy bien", dijo Holger Schmieding, economista principal de Berenberg Bank de Londres.
"Una colocación entre dos a cinco años no debería representar un gran problema con un rendimiento aceptable para Grecia si no sucede nada malo como una disolución de la coalición de gobierno", agregó.
La influencia de la troika sobre Samaras ya está debilitándose. En tanto, la economía se apresta a salir de una recesión de seis años y con un superávit en la cuenta corriente y el presupuesto primario, el premier tiene suficiente efectivo como para pagar los salarios públicos y las pensiones. Solamente necesita pedir prestado para cumplir con los pagos de la deuda de 321.000 millones de euros (US$445.000 millones) del país.
Más aún, la mayor parte de esta deuda está en manos de sus socios de la eurozona, el FMI y el BCE. De modo que aunque la troika pueda convertir a Grecia en el primer país que no honra los pagos a su propio banco central, manteniendo todavía un tramo muy postergado del fondo de rescate, tanto los mercados financieros como los 11 millones de griegos tienen cierta protección contra las repercusiones.
Lo que preocupa a los funcionarios de la troika es que al perder influencia sobre el gobierno griego, el país vuelva a los errores que provocaron la crisis de la deuda europea, dijeron los funcionarios.
En esa situación, los Estados miembros del euro podrían negarse a otro rescate, aseveraron.
La única manera de garantizar que Grecia imponga los cambios necesarios para recomponer su economía es con un nuevo préstamo, sujeto a condiciones estrictas de prudencia fiscal, dijo el funcionario europeo. Mencionó que Grecia no implementó todos los cambios administrativos fiscales y públicos acordados, además de la renuencia del país a cumplir con las medidas prescritas para liberar los mercados a los bienes y servicios, como ejemplos de la metodología del gobierno.