Con un solitario tanto a los 77', Everton superó ayer a Santiago Wanderers en el estadio Elías Figueroa, en un resultado que premió la vocación ofensiva de la visita y castigó la cicatería de los porteños, quienes dejaron pasar la ocasión de haber trepado hasta la parte alta de la tabla.
Los locales defendían una paternidad de 36 años en Playa Ancha, pero lo hacían desde el comienzo sobre una base extremadamente conservadora, sometiéndose al trabajo de los volantes rivales, comandados por un eficientísimo Kevin Medel. Pese a esa actitud, fueron los porteños quienes tuvieron las mejores ocasiones durante el primer tiempo. Así, ya a los 4' organizaron un jugada de riesgo con un cabezazo de Rubén Farfán ante centro de Matías Fernández, que apenas se fue desviado, sin que Eduardo Lobos tuviera posibilidades de intervenir.
El partido, en todo caso, ofrecía mucha refriega y poca actividad en las áreas. Everton con algún intento de disparo trabado por la zaga verde o bien, los wanderinos, con un par de contragolpes que no pasaron del amago mínimo.
Era una apuesta, además de la posesión, entre dos formas de enfocar un clásico: mucho más elaborados los viñamarinos y más directos sus vecinos, con un balance bastante equilibrado.
La segunda fracción comenzó más o menos con las mismas coordenadas, pero con los wanderinos sumando las ocasiones más propicias, con un par de ataques del uruguayo David Terans, replicados por el empuje de su compatriota Braian Rodríguez .
La intención ganadora era mucho más evidente por parte de los evertonianos, quienes movían el balón por todo el frente de ataque, pero siempre concluyendo con algún tiro o un pase sin destino.
Tanto insistir, sin embargo, tendría que significar algún premio para la escuadra de Pablo Sánchez. Antes, a los 52', Rodrigo Echeverría había disparado frontal ante Gabriel Castellón, que reaccionó con calma ante un disparo demasiado recto.
Once minutos después, Marcos Velásquez sacudió el vertical derecho de la portería wanderina. Y a los 70', el ingresado Nicolás Orellana -en lugar del opaco mexicano Steven Almeida- volvió a exigir a Castellón.
El premio mayor llegaría a los 73', cuando un centro de Gino Alucema fue impactado con gran calidad por Echeverría. El disparo, con mucho efecto y a ras de piso, dejó sin opción alguna a castellón.
La ventaja de los oro y cielo sólo se vio en peligro en los minutos finales, cuando Wanderers recordó que, como dueño de casa, debía ofrecer un espíritu algo más ofensivo. En esos instantes postreros, que incluyeron la expulsión de Braian Rodríguez, cayeron en una actitud común de los cuadros conservadores: se fue sintiendo que podría haber empatado al menos, incluyendo un tanto anotado en offside por Javier Parraguez, pero su reacción llegó muy tarde.
Everton logra así vencer en su clásico y, de paso, reitera la recuperación esbozada en la fecha pasada, cuando venció 3-0 en su visita a Audax Italiano. La mano de Pablo Sánchez, así, comienza a notarse, pese a que aún se mantiene en el fondo de la tabla.