Apelando al buen momento económico que vive Bolivia, país que este año liderará -según la Cepal- el crecimiento económico en la región, junto con Panamá, Evo Morales ya da por descontado su triunfo en las elecciones del próximo 12 de octubre. Pero el mandatario, en el poder desde 2006, va por otros logros específicos. Uno de ellos es subir unos 10 puntos. En 2005 ganó con el 54% de los votos, en 2009 por el 64% y ahora quiere llegar al 74%. Sin embargo, lo que está realmente en disputa es la mayoría de dos tercios en el Legislativo, que permitiría al oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) consolidarse como una organización política hegemónica y llevar adelante reformas claves de la Constitución.
Según una reciente encuesta publicada por el diario cruceño El Deber, de los 36 escaños del Senado, el MAS se quedaría "muy probablemente" con 24 curules, a los que se suman otros nueve en disputa, por lo que el oficialismo estaría sobre el margen mínimo de dos tercios para asegurar el control de la Cámara Alta. Incluso, otro sondeo del diario Página Siete le otorga 28 bancas al partido de gobierno, equivalentes al 77,8% del total. Actualmente, el MAS dispone de 26 senadores.
En cuanto a la Cámara de Diputados, la encuesta de Página Siete proyecta que el MAS obtendría 83 de los 130 legisladores. Es decir, el 63,8%. A esta cifra de diputados se sumarían, probablemente, la mayoría de los siete diputados especiales, con lo que el oficialismo -que hoy cuenta con 88 diputados- podría superar los dos tercios de la Cámara Baja, apunta el periódico.
La clave del control del Senado radica en que esta rama del Legislativo decidirá la reforma de la Constitución que, entre otras cosas, pretende aprobar la elección indefinida del presidente; la reforma del sistema judicial y el mecanismo autonómico de las nueve regiones.
De hecho, según destaca el portal Infolatam, ya hay tres asambleístas del MAS que analizan una posible modificación de la Carta Magna para incluir la reelección indefinida. Uno de ellos es el diputado Edwin Tupa. "Hay muchos sectores que manifiestan que el presidente debería seguir, hemos estado debatiendo internamente de qué es la democracia (y sobre) cuántas veces un ciudadano puede participar (en las elecciones), pero el veredicto final lo tendría que dar el soberano a través del voto popular", afirma el legislador por Santa Cruz.
De concretarse este aplastante triunfo del MAS en las elecciones, los analistas locales advierten sobre la desaparición del sistema multipartidista, que era una característica de la democracia boliviana, dando paso a un sistema unipartidista, en el que la oposición sería más nominal, sin capacidad alguna de incidencia en los poderes del Estado.
En declaraciones al diario Opinión de Cochabamba, el politólogo Marco Antezana Pérez dijo que sería la primera elección en la historia democrática de Bolivia en que un partido gane por dos tercios y en todos los departamentos del país. A su juicio, con ello se reforzaría la hegemonía del MAS con una mayor concentración del poder, en desmedro de una oposición casi nula. "Qué quiere decir esto, que si el gobierno de Morales continúa con una buena gestión, la oposición tendrá pocas posibilidades de llegar al mando gubernamental en muchos años", agregó.
Una situación que ya advirtió Margot Soria, compañera de fórmula del candidato presidencial del Partido Verde, el líder indígena Fernando Vargas. "A título de hegemonía nos quieren llevar realmente a una dictadura", acusó a Soria, en entrevista con Página Siete.