"¡El pueblo unido jamás será vencido!", "¡Vivan los pueblos indígenas del mundo!", eran algunos de los cánticos del público que se juntó, a primera hora de ayer, en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Chile, a la espera de la llegada del Presidente Evo Morales a la llamada Cumbre de los Pueblos.
El mandatario boliviano había confirmado su asistencia al encuentro, a eso de la una de la tarde. Para la comodidad de Morales, estaba dispuesto un escenario rodeado de banderas bolivianas y de personas vestidas con el atuendo típico de esa nación.
Finalmente, la música cesó y las miradas apuntaron hacia la entrada por donde supuestamente aparecería. La encargada de dar las excusas de la ausencia del mandatario fue la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, quien explicó que producto de los retrasos de la Cumbre Celac-UE el gobernante no podría asistir.
A esa hora, Morales seguía reunido a puertas cerradas en el encuentro privado, llamado "retiro", de los jefes de Estado y de Gobierno. A esa misma altura, además, la delegación boliviana indicaba que el mandatario había retomado en el plenario su reclamo de una salida al mar bajo el argumento de que el Tratado de 1904, que fijó los límites con Chile, puede ser revisado, al igual que la soberanía de las islas Malvinas, de dominio británico.
Los mismos argumentos utilizó públicamente Morales minutos después, durante una rueda de prensa en Espacio Riesco. Morales partió vinculando la soberanía de Chile en el norte con ciertos dominios colonialistas.
"En que consiste terminar con el colonialismo interno y externo, que todavía no puede seguir habiendo en estos nuevos milenios, algunos países de Europa dueños de nuestro territorio. Y nuestro planteamiento ha sido muy concreto. Así como EE.UU. ha devuelto el Canal de Panamá a los panameños, Inglaterra tiene que devolver las Malvinas argentinas y Chile tiene que devolver el mar a Bolivia", dijo el mandatario, quien añadió que para su país la salida al mar no es una reivindicación ni una aspiración, sino que es un derecho.
Morales reiteró que Bolivia puede perfectamente renegociar un cambio de sus límites. "El Tratado de 1904 ha sido tres o cuatro veces revisado a propuesta del gobierno de Chile, pero es un tratado injusto, impuesto e incumplido... Los tratados no son intangibles y jamás son irrevisables", dijo, al tiempo que dio como ejemplo el acuerdo de 1903 que firmó EE.UU. con Panamá. "Ha sido revisado y estaba a perpetuidad y después de casi 100 años EE.UU. devuelve el canal".
La ofensiva boliviana no sorprendió a la Cancillería chilena, que hasta ayer en la tarde había optado por guardar silencio frente al nuevo emplazamiento. En el gobierno chileno, eso sí, esperaban que Morales iba a reflotar el tema marítimo en su fallida asistencia a la Cumbre de los Pueblos.
En La Paz apuestan por presentar una demanda jurídica contra Chile en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, una vez que haya concluido el diferendo entre Santiago y Lima (un fallo adverso para Chile en la corte inviabilizaría una solución para Bolivia a través de un corredor por el norte de Arica, salida a la que Perú se opone). El abogado español Antonio Remiro Brotons coordina un equipo de abogados internacionales desde septiembre de 2011, y el 7 de febrero próximo se cumple el plazo de cuatro años que establece la Constitución boliviana para poder desahuciar unilateralmente el Tratado de 1904, si no existe una solución territorial.
El reclamo marítimo, sin embargo, no fue la única crítica de Morales. También fustigó la organización de la Cumbre Celac.
"El retiro (encuentro privado de gobernantes en medio de la cumbre) parece como una estrategia del silencio. Una reunión de sordos. Cuando hay debates sobre políticas económicas, sobre la crisis financiera debe ser de cara al pueblo, debe ser bajo en control de los movimientos sociales", dijo el presidente paceño.
El mandatario explicó que "el llamado del retiro", que fue adoptado por el Presidente Sebastián Piñera para favorecer un diálogo más "franco" entre los dignatarios, no habría sido consultado. "He participado en muchas cumbres internacionales y cuando hay una propuesta del país anfitrión, se le consulta a los presidentes, se toman decisiones políticas y no se comunican".