El presidente boliviano, Evo Morales, salió este viernes a hacer frente a las protestas de sectores bajos de las Fuerzas  Armadas que piden reformas institucionales, les exigió "disciplina" y advirtió  que "abandonar el cuartel es traición a la patria".

El mandatario reclamó que se mantenga la cadena de mandos que es propia de la institución militar, y dejó claro que confía en las Fuerzas Armadas, pese a denuncias de sedición de sectores de suboficiales.

"Unas Fuerzas Armadas sin disciplina, dejan de ser Fuerzas Armadas", dijo Morales.

Y en alusión al grupo de uniformados que sale en protesta a las calles, recordó que "abandonar el cuartel es traición a la patria". 

Los suboficiales, que suelen ser aymaras y quechuas, denuncian discriminación y condiciones generales muy desventajosas impuestas por jefes y oficiales, mayoritariamente de origen mestizo o blancos.

"Hermanos cadetes, el pueblo los necesita. El pueblo confía en los  sargentos. Oficiales y comandantes, su presidente confía en ustedes", continuó  Morales durante un acto por el aniversario del Colegio Militar de Ejército, en  La Paz.

Centenares de sargentos y suboficiales volvieron a salir este viernes en  una manifestación de protesta, pese a las sanciones que aplicó el jueves la  cúpula castrense que calificó como "motín" y "sedición" y una amenaza de golpe  de estado a las protestas y dispuso la baja de más de 700 uniformados.

Las sanciones profundizaron el descontento de los huelguistas y este viernes las marchas se replicaban al menos en otras cuatro ciudades de Bolivia  donde grupos de suboficiales salieron a las calles junto a sus esposas con el  mismo reclamo de reformas institucionales y por el fin de la discriminación  racial en la institución.

Tras la acusación de la cúpula castrense de denunciar que las marchas tienen fines conspirativos y sediciosos, los sargentos respondieron este viernes que sus reclamos son institucionales.

"No estamos buscando un golpe, estamos pidiendo justicia", afirmó en  diálogo con periodistas el suboficial Erick Magne, uno de los que comanda las  protestas y que fue dado de baja.

El gobierno apoyó las medidas del alto mando militar y ha pedido a los  huelguistas dialogar, aunque éstos exigen que primero se levanten las bajas de  todos los suboficiales.