En la misa que ofreció en la Catedral de La Paz, durante su visita a Bolivia en julio de 2015, el Papa Francisco sorprendió cuando se refirió a la disputa de ese país con Chile, casi al final de su discurso, al señalar: "Estoy pensando en el mar. Diálogo. El diálogo es indispensable". También, ante miles de fieles y en presencia del Presidente Evo Morales, el Pontífice habló de un diálogo "franco y abierto" para "evitar conflictos con los países hermanos".
Desde entonces, en vez de diálogo, la tensión entre ambos países no ha hecho más que elevarse. No sólo la disputa en La Haya sigue abierta, sino que una serie de impasses han generado aún más ruido a una ya de por sí tensa relación entre ambos países, cuyos vínculos diplomática se rompieron, por última vez, en 1978. La controversia más reciente tiene que ver con la detención, el 19 de marzo, de siete soldados y dos funcionarios aduaneros bolivianos en la frontera, acusados de robo con intimidación, porte de armas ilegales y contrabando.
En ese contexto se explica el anuncio realizado en la mañana de ayer por Evo Morales, quien solicitó la intervención del Papa Francisco por el caso de los bolivianos detenidos en Alto Hospicio. "Ruego interponer sus buenos oficios para la pronta solución de este caso, que en justicia debe concluir con la liberación de los nueve funcionarios", detenidos desde la penúltima semana de marzo, señaló Evo en una carta enviada al Vaticano.
"Consideramos esencial el envío de un delegado pontificio de la Santa Sede que verifique en Iquique, Chile, el estado de situación de los nueve detenidos y el resguardo de sus derechos humanos", continúa la misiva del jefe de Estado boliviano dirigida al Pontífice.
Evo Morales ha sostenido nada menos que cuatro encuentros con el Papa Francisco. La primera vez fue en el Vaticano en 2013, ocasión que el Presidente de Bolivia aprovechó para regalarle un libro sobre la reivindicación marítima de su país. Luego, se reunieron en octubre de 2014, en el marco de la celebración en el Vaticano del primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares. La tercera ocasión fue durante la visita del Papa a Bolivia y la última en abril de 2016 en una conversación en el Vaticano que se extendió por 27 minutos.
El Papa no sólo ha estado atento a la disputa de Bolivia con Chile, sino que también se ha involucrado en varios de los principales conflictos de la región, aunque no siempre ha obtenido los resultados que esperaba.
La figura del Papa fue clave, por ejemplo, en el histórico restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. El Pontífice no sólo envió cartas personales y secretas a Barack Obama y Raúl Castro, sino que el Vaticano recibió a delegaciones de ambos países para culminar el acercamiento en 2014. Así, su mediación fue fundamental. También hizo gestiones para el cierre de Guantánamo. Aunque la cárcel sigue abierta, seis presos fueron acogidos en Uruguay.
Pero donde no ha tenido éxito ha sido en su mediación en Venezuela. El Papa ha intervenido en la crisis venezolana, pero ni la OEA ha visto ese rol con buenos ojos. Ello, por sus escasos avances. A fines de abril el Pontífice renovó su propuesta de mediación, pero con "condiciones claras". Sin embargo, la oposición piensa que a Nicolás Maduro se le acabó el tiempo.