La noche del 15 de octubre de 1994 comenzó a escribirse una historia que recién hoy parece aclararse. Los primos Ximena Burgos y Miguel Angel Burgos, en ese entonces de 23 y 17 años, respectivamente, se enredaron en una intensa relación amorosa que mantuvieron oculta a los ojos del marido de la mujer, Samuel Rivera (27). Transcurridos 15 años, el cadáver de Rivera fue encontrado en el patio de la modesta casa de la comuna de El Bosque. Una casual excavación develó lo que un pacto de silencio había dejado atrás.
Hoy, ambos primos están detenidos y, lejos de compartir la complicidad de esos años, se culpan mutuamente de planificar el crimen.
Miguel Angel llegó a Santiago a los 17 años desde Reumén, en la X Región, para probar suerte como maestro prensista en la imprenta de un tío, padre de Ximena. Se instaló en la casa de su prima y poco a poco la joven dueña de casa comenzó a mostrar interés en él. Según los dichos de Ximena, se "sentía protegida" con el joven de 17 años. Con el correr de los meses dejaron de aparentar. "Yo los veía cuando estaban intimando y poco después llegaba mi papá, por lo que no sería raro que también los viera", dijo Andrea Rivera, la hija mayor del matrimonio.
En sus declaraciones a la policía, ambos concuerdan en que Samuel golpeaba a su mujer y que era drogadicto. Pero al momento de explicar lo ocurrido la noche del homicidio, las versiones cambian radicalmente.
"ESTABA ABURRIDA"
Según declaró Miguel Angel, "Ximena comenzó a decirme que estaba aburrida de los malos tratos y que tenía ganas de matarlo". Un día, añadió, llegó del trabajo y Ximena se apresuró en conversar con él. Le dijo que tenía que ser esa noche y que ya había puesto somníferos en la comida de Samuel. Cuando el hombre se quedó dormido entre los dos lo ahorcaron y lo enterraron con ropa en el patio de la casa.
En su declaración ante la policía es categórico: "Debo hacer presente que la muerte de Samuel es un acto planificado por su mujer, la cual aburrida de los malos tratos planificó asesinarlo tiempo antes, para lo cual me solicitó ayuda para matarlo".
Dos meses después del crimen, Miguel Angel volvió al sur. Hizo el servicio militar, se casó y tuvo dos hijos e intentó olvidar el episodio.
Ximena Burgos entrega una versión totalmente opuesta. Dijo que la noche del crimen, Samuel llegó ebrio y la insultó, pero que su primo se interpuso. Y agregó: "Samuel se tendió en el living donde se quedó profundamente dormido. Mi primo me manifestó que no aguantaba más a mi marido y usando una cuerda lo amarró. También le puso la soga al cuello a mi marido y la tiró haciendo presión. El no pudo defenderse. Su cuerpo comenzó a convulsionar y mi primo me pidió que le afirmara los pies. Lo afirmé y luego lo solté. Después mi primo tomó un cojín y se lo colocó fuertemente en la cara". Ximena asegura que ignora qué ocurrió luego con el cadáver.
"Necesito mirarla a la cara y que me explique qué pasó", dijo Andrea Rivera sobre su madre.
El abogado de Miguel Angel, Christian Bouchette, aseguró que si éste era menor de edad cuando ocurrió el crimen, sería sobreseído.