Tres veces a la semana, entre 10.00 y 11.30, el recluso Oscar A. A. entra a una sala del primer piso de la cárcel de Puente Alto. Allí ordena sillas y mesas, junta madejas de hilo y cuentas de madera y recibe a un grupo de 12 a 15 alumnos.
Hace un año y dos meses que repite esta rutina, pero no es el único. También la sigue Fabián O. E. Ambos son monitores de un taller de confección de rosarios e imágenes en yeso de la Virgen de Montserrat, también conocida como la "Virgen negra" o "Virgen de los ladrones". Sus dirigidos deben pintarlas y retocarlas con betún de judea.
Los cursos son organizados por la Fundación Paternitas. "Cada participante recibe $ 15 mil por 100 rosarios hechos y envasados, y los monitores son ejemplares. Veo en ellos esperanza y voluntad de salir adelante", cuenta el sacerdote Nicolás Vial, presidente de la institución y capellán juvenil.
Fabián tiene 20 años y todos lo ubican como "El Garra", mientras que a Oscar, de 22, lo llaman "El Poto Rico". Y junto a otros cuatro muchachos, apodados "Gorila", "Loquín", "El Ceja" y "El Teta", se hicieron conocidos hace casi cuatro años, el 1 de agosto de 2009, cuando a punta de una pistola y en un taxi colectivo irrumpieron en un centro del Sename de Pudahuel y rescataron a un amigo que por entonces tenía 10 años.
Aquel muchacho iracundo acababa de ser detenido conduciendo un auto robado y le decían "Cisarro".
Talleres y rezos
Los jóvenes mencionados eran todos menores de edad. Se conocieron en la villa Cousiño Macul, de Peñalolén, y son los integrantes "históricos" de la llamada "Banda del Cisarro", actualmente de 14 años y quien el 25 de abril fue formalizado tras un nuevo incidente policial (ver recuadro). Sin embargo, al menos durante los últimos 24 meses, el grupo ha permanecido separado y privado de libertad.
D. A. M., "El Loquín", por ejemplo, tiene 17 años y una hoja de antecedentes que incluye robos en lugar habitado, amenazas, hurto y apedreos a la locomoción colectiva. Ingresó al Sename en 2005, a los nueve años, y hace uno que cumple una condena por lesiones en el Centro Cerrado Santiago, de calle San Francisco.
Se trata de un recinto mixto y pequeño. Un familiar de otro interno comentó que "este joven es muy especial, como acelerado, pero se le ve mejor, participa en la escuela y los talleres de manualidades, y le gusta mucho una piscina que allí tienen".
Cristián V. M., alias "El Ceja", ya suma 19 años. Entró al Sename en mayo de 2006 (a los 12, por hurto simple) y posee diferentes antecedentes, entre ellos, violación. Tras varias condenas fue trasladado a la cárcel de Puente Alto, donde recibió el beneficio de prisión nocturna, pero en diciembre pasado, al mes y 13 días de aquel avance, fue detenido por un robo en Vitacura. Hoy está imputado en la sección 25-A del penal Santiago Uno.
Allí, vestido con jeans y polerón, recibe a La Tercera. "Aquí no hago cursos ni nada. Sólo paso el tiempo. Sí aprendí a rezar y siempre me vienen a ver mi mamá y mi hermana. Supe del 'Cisarro' por la televisión. Ojalá que él esté bien", dice.
Fabián O. E., "El Garra", ingresó al sistema del Sename en junio de 2003 (a sus 10 años), por hurto simple. Pasó por los centros de Graneros y Rengo y ahora cumple una condena de ocho años en la cárcel de Puente Alto, por robo con intimidación. La termina en julio de 2017.
El acompañó al "Cisarro" en su primer asalto difundido por la prensa, el 24 de septiembre de 2008, a la casa de un empresario japonés, a quien golpearon y amararon. Su madre, Rosa Espinoza, cuenta que "mi hijo está mucho mejor. Es monitor de rosarios y vírgenes, y quiere cambiar".
En ese mismo penal, pero en la sección juvenil, permanece Oscar A. A., alias "Poto Rico". Con 22 años, es el mayor del grupo. Llegó al Sename en julio de 2004, a los 13 años, por un asalto. No mantiene causas pendientes y cumple una condena de 10 años, por robo con intimidación. La finaliza en 2018.
En aquel centro, donde también recibió a La Tercera, vive en una celda junto a tres internos y es visitado sólo por su madre. Puede ver televisión, juega fútbol, aprobó hasta segundo medio y terminó un curso de electricista. "Yo he cambiado y cuando salga sólo pido una oportunidad. Lo malo ya pasó. Ojalá que pueda aconsejar al 'Cisa' y los demás, esos cabros no son malos, les falta una mano", cuenta.
Otro viejo amigo del "Cisarro" se llama Franco R. M., alias "El Gorila". Tiene 18 años y su primer ingreso al Sename se produjo en octubre de 2007 (a los 12), por hurto. Hoy cumple una condena por robo con intimidación en el Centro Metropolitano Norte, Tiltil.
El séptimo integrante de la banda es N. J., "El Teta", de 23 años, único que actualmente no está preso y se le ha visto en la villa Cousiño Macul.
Frente al panorama de este controvertido grupo, Rolando Melo, director del Sename, subraya que no son la norma. "Entre 2008 y 2012 los adolescentes chilenos cometieron 2.800 delitos menos y el primer trimestre de este año registramos 1.700 delitos menos que a igual período de 2012. El sistema funciona y las cifras mejoran", asegura.
Respecto de los amigos del "Cisarro", destaca que "son casos de alta complejidad y que involucran muchos factores de riesgo. Actualmente, hemos reforzado los programas dirigidos a menores infractores".
Lucía Dammert, analista en temas de seguridad, tiene otra opinión. "Lo que pasó con estos niños es un fracaso. Por el mismo hecho de que eran un caso complejo y no promedio dentro de la realidad del país, se requería de una intervención igual de compleja y profunda, con extensos acompañamientos post reclusión. Pero la mayoría siguió vinculado a situaciones infractoras. Hay que revisar estas intervenciones", plantea.