El ex canciller alemán Gerard Schröder acusó a Estados Unidos de "no tener respeto" por la soberanía del país europeo, después de que un diario reveló el miércoles que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) supervisada por Washington interceptó su teléfono al menos desde el 2002.
Los reportes del año pasado sobre el espionaje a gran escala en Alemania, particularmente sobre el teléfono de la canciller Angela Merkel, convulsionaron a los alemanes y desataron la peor disputa entre los aliados en una década.
"Estados Unidos no tiene respeto por un aliado leal y por la soberanía de nuestro país", dijo Schröder, citado por el diario Bild. "Que los países se espíen entre sí claramente no es una experiencia nueva. Pero espiar el teléfono de un canciller es claramente ir demasiado lejos", sostuvo.
Desde que surgieron las primeras noticias sobre el espionaje, en Alemania se cree ampliamente que la NSA ha vigilado a gobiernos anteriores, pero esta es la primera información concreta, atribuida a documentación del ex analista de seguridad estadounidense Edward Snowden, que ofrece pruebas.
El motivo por el que se espió a Schröder fue la oposición del social demócrata a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos bajo la presidencia de George W. Bush, dijo el diario Süddeutsche, citando fuentes de Washington y cercanos a la NSA.
"Tenemos motivos para pensar que (Schröder) no estaba contribuyendo al éxito de la alianza", dijo el diario, mencionando a una persona con conocimiento directo de la vigilancia.
Schröder, que lideró el país en coalición con los Verdes entre 1998 y 2005, dijo que Estados Unidos debería haber respetado la oposición alemana a la invasión de Irak, tras haber demostrado "una alto grado de solidaridad" con respecto a Afganistán.
Los alemanes son especialmente sensibles al espionaje debido a su experiencia en la época nazi y la posterior Alemania Oriental comunista durante la Guerra Fría, cuando la policía secreta Stasi creó una enorme red de vigilancia.
Merkel dijo la semana pasada que Berlín y Washington todavía estaban "lejos" en sus opiniones sobre la vigilancia de la NSA en Alemania, pero que seguían siendo aliados cercanos. Berlín inició una campaña, todavía infructuosa, para firmar un pacto de no espionaje con Washington.
"Incluso si no es sencillo con los estadounidenses, debemos continuar impulsando un acuerdo internacional", dijo el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas, citado por Der Spiegel online.
"Deberíamos remover cielo y tierra tratando de proteger mejor los datos del pueblo alemán", agregó.