Tras el rechazo de Contraloría a tomar razón del proceso licitatorio para la construcción del Hospital Barros Luco, dado que la empresa elegida no cumplió con las bases, el ex contralor Ramiro Mendoza, actual representante de la empresa italiana Inso, otra de las concursantes, envió una carta a la ministra de Salud, Carmen Castillo. En ella pedía que revaluara a las otras empresas del proceso y, de ese modo, evitara declarar desierta la licitación.

La misiva fue despachada el reciente 30 de noviembre por el ex contralor. En el escrito le pide a la autoridad "con independencia de la decisión de selección que se adopte, nos asiste la seguridad de que existen ofertas válidas (...) creemos que una inadecuada lectura del devolutorio aludido, puede pavimentar un acelerado retroceso en cuanto a entender que la declaración de desierto del concurso en vigor sea la forma de aplicar el mentado oficio devolutorio".

La carta fue leída en el ministerio como una forma de querer intervenir en el proceso, ya que fue recepcionada días después de que se tomara la decisión de declarar desierto el concurso.

"Los equipos jurídicos y técnicos del Servicio de Salud Metropolitano Sur y del Ministerio de Salud resolvieron declarar desierto el proceso licitatorio, comprometiendo una nueva licitación en los próximos días", informó el Minsal, mediante un comunicado de prensa, el 25 de noviembre.

Es por esto que la misiva fue calificada como "inorportuna", según fuentes al interior de Salud, porque "en su calidad de ex contralor está interpretando dictámenes de Contraloría".

El ex contralor indicó que al momento de enviar la carta desconocía que el proceso ya había sido finalizado por la autoridad.

"Yo no he visto ningún oficio formal, ninguna resolución formal de que la licitación se haya declarado desierta", dijo Mendoza. Agregó que "nosotros entendemos que era razonable decirle a la autoridad que trate de ponderar que están las ofertas todavía pendientes de ser evaluadas nuevamente, para efectos de que no se retrase el proceso".