Ex dictador argentino Jorge Videla admite que en su gobierno murieron "7 u 8 mil personas"
El diario trasandino La Nación publicó un adelanto de un libro donde el ex líder de la junta militar, que gobernó el país vecino entre 1976 y 1983, reconoce las muertes y justifica los excesos cometidos por el régimen militar.
El General argentino Jorge Rafael Videla, que gobernó entre 1976 y 1981, reconoció por primera vez el asesinato de personas durante su dictadura.
En el libro "Disposición Final" del periodista Ceferino Reato, Videla admite que se asesinaron "7 u 8 mil personas" durante su dictadura, y que hizo desaparecer sus cuerpos "para no provocar protestas dentro y fuera del país. Cada desaparición puede ser entendida ciertamente como el enmascaramiento, el disimulo, de una muerte", afirmó Videla según La Nación.
"Pongamos que eran siete mil u ocho mil las personas que debían morir para ganar la guerra contra la subversión", señala Videla en el libro. "Por su preparación militar e ideológica, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) era más enemigo que Montoneros; era algo ajeno, otra cosa. Montoneros guardaba algo del nacionalismo, del catolicismo, del peronismo con el que había nacido".
"No había otra solución; (en la cúpula militar) estábamos de acuerdo en que era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión y necesitábamos que no fuera evidente para que la sociedad no se diera cuenta. Había que eliminar a un conjunto grande de personas que no podían ser llevadas a la justicia ni tampoco fusiladas", señaló.
Sobre el lugar donde fueron enterrados los cuerpos, Videla señala que "No hay listas con el destino final de los desaparecidos. Podría haber listas parciales, pero desprolijas. Nuestro objetivo era disciplinar a una sociedad anarquizada. Con respecto al peronismo, salir de una visión populista, demagógica; con relación a la economía, ir a una economía de mercado, liberal. Queríamos también disciplinar al sindicalismo y al capitalismo prebendario".
En su relato, Videla asegura que "Dios sabe lo que hace, por qué lo hace y para qué lo hace. Yo acepto la voluntad de Dios. Creo que Dios nunca me soltó la mano".
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